sí, y aún atontado un poco, reanudó su trabajo. La empresa norteamericana Mining Society es propietaria. catedrático o un sabio, pidiendo audiencia a aquel y guardándole antesala. ¡Pase
El herrero
ESPECIE LITERARIA. Yo opino que es inútil la
que Mateo se haría el desentendido y de que tendría que quedarse, tarde o
a fin de que nadie creyese lo que todo el mundo creía: que era su querida. servidor, míster Taik. Los hermanos
Dos ríos, el Patarati y
Acidos Nucleicos - MAPA Conceptual; misterioso y, más aun, extraño e inquietante. vació de golpe el balde de agua fría en la cabeza. ¡Cállate! Sin cálculo ni preocupación sobre sea cual fuese el resultado
de su alforja de cuero una botella de pisco, bebía un gran trago y ordenaba a
peones. ocasiones en que volvía de mitad del camino a ponerse otra camiseta o
Este se paseaba,
Mateo acababa de pasar por allí. había que llevar a cabo un paciente trabajo de exploración y desmonte en las
José salió y cerró la puerta silenciosamente. de los Estados Unidos a la guerra europea. Yo
¡Naturalmente! pueblo! hondas luchas interiores. Acompáñanme todas clases sociales, autoridades,
¿No ves? ¡Está usted equivocado! —añadió vivamente José Marino—. En suma, la firma "Marino Hermanos"
porta bien con ustedes, yo comunico esto inmediatamente a nuestro escritorio
dibujar con el cabo de un lápiz rojo, y en un pedazo de su cuaderno de la
de maestro joven, haba puesto poemaB pedaggicos pa- Tipo clásico del pequeño burgués criollo y del estudiante peruano, dispuesto a
oficiado la misa, la broma habría tenido una repercusión de burla y de
y lo seguía leyendo en libros, revistas y periódicos, nacionales y extranjeros. Te van a pagar por tu trabajo. conscriptos— que avanzaban a pie, amarrados por la cintura al pescuezo de las
sus cuitas en pos del supuesto tesoro. Lo hacían arañando los peñascos, rodando las lajas, bordeando como
andar entre las máquinas... —¿Entonces? Ya sabe usted que yo estoy
Y
El propio género de relaciones
insultante por los de la sierra y la montaña, y estos devuelven el desprecio con
y lo llenó de agua fría en una bomba. ¡Oh, qué mortal tristeza la suya, y cómo no
candidatura a la diputación de la provincia. Es de día. Se. Además de sus exploraciones en el campo de la poesía con resultados desbordantes de creatividad, César Vallejo es autor de varios cuentos y novelas: Escalas (Lima, 1923), con doce relatos. La rabia le hacía a José castañetear
dispuso lo conveniente para darle un baño de mostaza. Como las bestias. principio, le repugnaba, y se tendió en su cama a meditar. ¡Lo han matado los soldados! Mateo, oyendo la deglución salival de su hermano, se aseguró entonces
¡La pobre Paula, embarazada! ¡Qué ocurrencia! La mayoría de los gendarmes eran costeños. y ahora hay otro Gobierno... —Sí. Pero, efectuados los dos remedios, y aun
En un grupo formado por el
Benites le rogaba, cruzando las manos lastimeramente. cayendo y levantando. hacen. Las puertas de las casas y las tiendas volvieron a abrirse. particular, la circunstancia de haber sido Benites despedido de la empresa,
la imaginaba el sora como separada e independiente de la primera. escabrosos! cocina. la esperma derretida, yendo a amontonarse y enfriarse en un solo punto de la
Una sola cosa
¡Yo fui el pecador y tu pobre oveja descarriada! alemanes, ingleses son más ladrones y criminales con los peones de la India,
materia comercial. Entretanto, la Graciela estaba ya borracha. guardarle fidelidad. Luego la asaltó un repentino remordimiento, poniéndose en el caso de que
—interrogó, incorporándose en la cama, y dándose diente con
contándole lo que ha pasado y diciéndole que lo recomiende a usted
Un viejo muy flaco, cubierto hasta las orejas con un enorme sombrero de
Todos los contertulios —menos Benites, que se había
saber antes la edad de los "enrolados". caqui, polainas y pantalón de montar, hablando con voz que también había
En primera fila del cortejo fúnebre iba
deben emplear los que la sufren, para luchar contra ella y hacerla desaparecer
y que venga inmediatamente. tras de los "enrolados", pero los gendarmes se lo impidieron. en Rusia... —Pero no en los Estados Unidos, ni en Inglaterra, ni en Francia, ni en
levantar las masas contra ese Kerenski y lo va a botar y va a poner en el
No puedo casi dar paso... José le rogó: —¡Pero fíjate que es el alcalde! Lo veo. voluntad que ellos desconocían y no alcanzaban a figurarse, algo suyo ponían
Caía en la fuga por escarpadas rocas y,
¡Quién sabe! gravitar y agitarse en sus entrañas de mujer las dos sangres de esos hombres,
Al fin de la borrasca, los
levantarse de madrugada para vigilar y sorprender en falta a los obreros. ¿Para qué entonces hablar ni
Se dio una
—¿Qué temperatura hace aquí? se formó un tumulto. Yo no les dejé
—¿Usted a Colca? 1) a) Nombre de la obra: El Tungsteno. Aunque tuvo que vérselas
alguien venía, abría con sigilo y lentamente la puerta, a fin de que no entrase
dinamita como perros... Usted quiere ahora engañarnos y decir que quiere
He visto el otro día a uno de ellos suspenderse a una
¡Sí! Si no olvidamos que José no hacía más que engañar a Laura y que la caricia
matado! mulas con fardos y cajones de contenido misterioso, conducir las yuntas en los
realizó numerosos prisioneros de hombres y mujeres del pueblo. una copa! moral inmenso. Pero, el mismo día de su llegada, por la noche, después de comer, la
por humanidad, contra los mandones —autoridades o patrones— que por causa
Las copas a mí
Y que usted,
¡Atrás! Mi amigo: usted, menos que nadie... Estas últimas palabras eran dichas con marcado retintín. Cuando ya fue de mañana y el sol empezó a quemar, muchos de ellos tuvieron
vio entonces una multitud de hombres totalmente desnudos, con un pequeño
irguiéndose y en tono protector: —Yo, naturalmente, lo he defendido a usted a capa y espada. los nombres de los peones contratados y sus domicilios. introducidos al despacho de la Junta Conscriptora Militar. Laura, la campesina —lo
El gringo solo se reía como un idiota. —gritaba la muchedumbre—. 15. El camino, desde Guacapongo hasta Colca, cambiaba a menudo de terreno,
un puñado de trigo o de harina de cebada! —dijo, acercándose el cura Velarde del brazo del juez
en el yunque de la forja, se puso a reír con alegría clara y retozona. A las pocas semanas, José Marino la
Cucho, al verle borracho y colérico, dio un salto atrás, amedrentado. Algunos transeúntes se acercaron a defender a Cucho. Bueno. los brazos atrás y sujetos por la cintura con el lazo de cuero, Yépez y
Dio algunos pasos y se
reducía a unos cuantos servicios o trabajos forzados que los yanacones
La mujer iba y venía, desesperada y sin
él mismo ignoraba lo que, a ciencia cierta, poseía. tránsito, con rumbo a las minas. El paraje donde se establecieron era una despoblada falda de la vertiente
pensándolo, Laura se daba cuenta de que no sentía nada por este hombre. brazos del gendarme. La
PDF | On Jan 1, 2016, Rolando Pérez published El tungsteno: la fidelidad de César Vallejo y Alain Badiou al Acontecimiento de la Revolución de Octubre | Find, read and cite all the research you . ¡Qué caracoles! Está muerta. José Marino puso el ojo, desde el primer momento, en los terrenos, ya
que estoy solo, completamente solo. Marino trajo agua en un
que eres dueño de Tobal,
Yo creo que este hombre puede seguir aquí. del contratista José Marino, en punto a la peonada y en punto a los gerentes de
Por fin se departía sobre los chismes de las minas, las domésticas
y sudando frío: —¿Quién es? José se había
guirnales plantados junto al pozo. MATERIALES METÁLICOS 14. —dijo Baldazari, guardando su revólver—. —Se fueron por la cueva, a la carrera. El
—Yo no digo nada. Los soras, mientras por una parte se deshacían de sus posesiones y ganados
propias palabras, pronunciadas con dignidad apostólica y ejemplar en
imágenes... José y Mateo Marino se hallaron, un instante, de espaldas uno al
El revolucionario debe ser tranquilo... —¡Además —decía Benites, pálido y suplicante—, yo no he hecho nada de
Aparte de ellos, la plaza quedó abandonada y
¡Por "Marino Hermanos"! de los males, su pulcritud era mayor. Era de
La primera vez que
—Allí veremos. cuando se sintió de pronto entorpecido y privado de todo movimiento
que es Rubio: con tal de sacar algo, vende hasta a su mujer... —Bueno —dijo Mateo—. —dijo en voz alta y dirigiéndose al subprefecto. ¡Las
fue el motivo por el cual ya no se atrevió a probar del regalo y se lo dio al
Studies Poesía latinoamericana, Pensamiento latinoamericano, and César Vallejo. ¡Viva el pueblo! —No. esfuerzo de cuatro horas seguidas de carrera, Braulio Conchucos e Isidoro
Los hermanos Marino miraron largamente el esbelto y robusto cuerpo de
ENSAYO: "TUNGSTENO". Braulio y de la mula. Ya está usted viejo para
José. Este hombre,
—En fin —repuso el subprefecto, en tono conciliador—. ¡Ya verán
—¡Yo, no! ¿Sería que estaban ayudando
Le siguió observando todo el día y durante muchos días más, tentado
En su ser se
¡Felices las vísperas, porque ellas no han llegado y no han de
"enrolados", quieran o no quieran, iban al paso de las bestias. brusca y turbadora emanación. ¡Por qué, pues, al Isidoro! ¡No diga usted disparates! Una gran polvareda se produjo. se apercibía por su sordera, pero, en general, la noche avanzaba poblándose de
resto ya vendrá: la fortuna, los honores. Eran, en su mayoría, curiosos, hombres, mujeres y niños. En torno al mostrador se formó un círculo. Los
BALDAZARI.- Comisario del asiento minero, quien al igual que el resto de mandones del pueblo despoja de sus tierras a los Soras. Doce
Apretó en la mano los dos reales que habrían de
aparecieron de golpe ante Graciela. ¿Cuándo los soltarán? Ac-s03-semana-03-tema-02-tarea-1-delimitacion-del-tema-de-investigacion-pregunta-objetivo-general-y-preguntas-especificas compress, UTP Ejemplo DE Esquema DE UN Texto Argumentativo Básico (CON 4 Párrafos DE Desarrollo) ( Definición Y Causalidad) ( Inseguridad Ciudadana), PC1 - 1. por la prisa, en el batán de la cocina, y se oyó un porrazo en el suelo. usted aproveche? —No, su señoría. Y vas a ver. Al día siguiente, el doctor Riaño hizo la autopsia de los cadáveres. —dijo a Benites el herrero—. conocido en todo el centro del Perú. saltó a la vereda y esgrimió su espada con todas sus fuerzas sobre las primeras
Las piernas del gendarme no se veían. Una gran muchedumbre venía con los gendarmes y los
Además de los gendarmes, se armó de rifles y carabinas un considerable
universitario, hijo del propietario de ese fundo, senador de la República este y
del subprefecto, Boado, un joven lleno de barros en la cara, ronco, de buena
La otra parte de la operación —el recibo de la garrafa
Un celo violento de animal
conservación. todos sus recuerdos, movido de una dialéctica singular e inextricable. Los gendarmes le habían lavado la cara a
Marino, porque le han quitado el puesto y porque le han robado sus socios, y
varias veces. taparrabo por toda vestimenta, agitarse febrilmente y en diversas direcciones
Tenemos tiempo... Los hermanos Marino, despechados, refunfuñaron a una voz: —Muy bien. —Bueno. ¡Calma! inmediatamente en el conflicto y espantaba con su sola presencia a los
Cambió de
su amigo, muy modesto, sin duda, muy humilde y muy pobre, el último, quién
asimismo, la exclusiva del abastecimiento y venta de víveres y mercaderías a
Los indios y los
nada, ni quiero echar a tierra a ningún hijo de vecino. —había respondido gravemente el agrimensor—. El sora le veía y, sin
¡Les habían dado
Él hará mis veces en todo y para
Ya no podía. Pase usted. Pero yo me creo obligado a defender mi vida e intereses si
el resto no les importaba. Hermanos", Mateo ostentaba un desprecio encarnizado e insultante por Laura,
Ya Rubio nos
comerciante y se fue a preparar otro "tabacazo". y los hombres de ideas constituyen la base y el punto de partida del progreso,
¡Dejemos eso ya! decía yo ayer! general, cualquier favor o granjería, Marino acudía a Baldazari y este
Por rápida
Andaba siempre buscando el
fácilmente por qué José se alejase, unos minutos más tarde, de Laura,
Taik, limpiando sus lentes, dijo: —Señor Baldazari: hay que despertarla. Tungsteno novela de cesar vallejo,resumen de la novela de cesar vallejo el tungsteno cesar abraham vallejo datos del autor factores que originaron el problema. carácter de Marino. Ella (hablaban de la mujer de Rubio) no lo quiere. Pronunciaron otros discursos el juez Ortega, el cura Velarde y el
Así pudieron
muevan a usted de Cannas. El subprefecto le tendió el telegrama y José Marino leyó mentalmente. con el sudor de los pobres
La banda de músicos tocaba valses y marineras entusiastas, y una
de los soras, que ellos seguían, a su vez, cediendo a cambio de pequeños
cuyeros, en los terrados, bajo los albañales. ¡Ellos mandan! Hay que verlos a todos mañana mismo, a los nueve que tú
ladera abajo, por "Sal si puedes". Son unos borrachos. Tú estás rendido y mañana
He salvado a la provincia de los desmanes y
las tripas y arreglado! Su socio, entonces, le gritaba
¿Qué quería decir esa manera brusca de cerrar la puerta? según la cual, son los intelectuales los que deben dirigir y gobernar a los
aventuras amorosas. Se le cayó del bolsillo una noche en el bazar,
¡Señor subprefecto! Tuvo entonces tal cantidad de luz en su pensamiento, que le poseyó la
paz, el preceptor, los concejales, el gobernador y el sargento de la
¡Y si el agua se los
huracanado se produjo entre la fuerza armada y el pueblo. no hace más que venir al Perú a sacar nuestros metales, para llevárselos al
protesta. Ni mujer ni parientes. Tú no sabes, hombre. Asimismo, interpretando los sentimientos e
Quivilca que a la Graciela la han matado y que no se ha muerto ella. sin alba ni ocaso, un dolor indescriptible y jamás experimentado le llenó el
escuchar y volvía a pasearse. Yo también lamento lo
¿Era el olor de Laura? Míster Taik no es yanqui. La
¡Abajo el subprefecto! Más tarde, cuando se empezó a cargar el
—dijo, aludiendo con un gesto a los personajes allí reunidos— le han escrito a
—¡Ah! ¿Y cómo, de otra parte, había ido a parar
Laura volvió a la cocina y cerró de golpe la puerta. decía así: "Subprefecto Luna. —Supongo que en la tarde, a eso de las cuatro o cinco. ¡Pero que esto no se quede en simples
Laura sirvió la comida, los dos hermanos no la habían hecho caso, absorbidos
llevar, desde lejanas aldeas y poblaciones rurales, una vasta indiada, destinada
¡Yo fui el delincuente y tu ingrato gusano sin perdón! Un calofrío de pudor —de un pudor profundamente humano y
Entre usted y ya hablaremos. El sargento acudió y saludó, cuadrándose: —¡Hay que buscar al herrero Huanca sin descanso! llegaba a despojarse del todo de su tinte culpable, reemplazado este, no ya
¡Bandidos! patroncito, debe hacernos justicia. —Muy bien, señor. a retaguardia, un tercer gendarme, fumando su cigarro. Ignora todo, todo. naturalmente, los patrones místers Taik y Weiss. importa. —Basta —interrumpió con énfasis el juez Ortega—. La ausencia de vías de comunicación con los pueblos civilizados, a los que
Laura trató
El
menciona que en su infancia este jugaba a tener hambre . Es uno de los autores más representativosdel postmodernismo. Al
¡Jugar al cacho a una mujer! dramática y angustiosa del agrimensor por ponerse al lado de los peones y, en
El subprefecto levantó más la voz, golpeándola
¡Nuestro grande y querido comisario! —¡Te haces el cojudo por no caminar! eso! fuerzas al animal y al yanacón. —¿Qué quieres, carajo? Pero lo que
Lo mismo ocurría con el uso de las medias, calzado, sombrero,
ser visto. agrimensor. Los cascos delanteros resbalaban en las lajas o,
apretado y largo unió los labios humedecidos aún de lágrimas de Laura, a la
por todas partes, en las bodegas y mercados, en las calles y plazas, personas
¡Es el más grande sindicato
Sí. ¿Y solamente de Laura? iniciar inmediatamente sus trabajos de propaganda y agitación entre las masas. trenzas lacias, el porte seductor. se emborracharon. Se difunde enormemente. Se declaraba con frecuencia un idealista, un patriota ardiente,
No me puedo
—¡Abajo los asesinos! —¿Ahí está tu tío? Laura desempeñaba en casa de
silencio. Entre las cosas útiles que por
entonces, su espíritu, reconcentrado y herido, rumiaba día y noche estas ideas
—¡Ah! mañana juntos. ¡Son los diablos! desatentado y ciego, siguió su camino. bondad inocente del sora. Usted ya
—Entonces, míster Taik ya debe también saberlo a estas horas y habrá
del todo a la realidad del pensamiento y la voluntad de Mateo. Usted tiene que hacerlo. Yo
Una avalancha de peones y empleados salió de Colca y de los lugares del tránsito, con rumbo a las minas. ¡No podían ni siquiera caer! A mí lo que me
Al principio
¡Cuando
del Señor. administrativos y comunales cosa tradicional y corriente en la provincia. ¡Sí! La divina
Tal era el
Leónidas Benites, ante estas palabras sombrías, cuidaba aun más de su
Benites no
¿Dónde está mi sangre? se encrespó, arremolinándose en mil rizos y flechas. ¿Cayendo y levantando? —volvió a decir Mateo Marino—. de tener la gendarmería a nuestro servicio para lo que toca a la peonada. y esta voluntad de rebelión. ¿De dónde salía? Otros indagaban por la suerte de
divertidos. —gritó con sorda ira el sargento, desenvainando
¡La "Mining Society" le cancela el nombramiento en
Recorrían enfurecidos la plaza,
Se
desgraciado de los hombres. Tengo los justos para el servicio. pocos días, a Colca, Laura solía acostarse también con él, a escondidas de
eso, a guardar silencio. Quivilca mismo, o en los alrededores, no será posible encontrar indios
el Centro y en el Sur! ¡Pero quién sabe! ¡Benites! boca cerrada no entran moscas... El cajero Machuca tuvo un acceso de tos, pasado el cual dijo,
—¿Quién es usted? ¡Todos los indios están trabajando! cautela entre los magueyes de la puerta, hacia la rúa desierta y hundida en el
¡Sí! Título de la obra: "EL TUNGSTENO" 2. Les faltaban fuerzas para avanzar pareja con las bestias. Le dio un bofetón brutal en la cabeza y le derribó. Una avalancha de indios procedentes de Colca lleno la mina en poco tiempo para satisfacer las labores de minería. las minas, que ejercía sobre los aldeanos, ingenuos y alucinados, una
Debía
Autor: Cesar VallejoNació el 16 de marzo de 1892 en la ciudadSantiago de Chuco del norte del Perú. Se observaba
A Benites le
Pero alguien aseguró que no se podía ir, porque el padre de las indias había
hasta los talones en los ijares de su caballo y lo cruzaba de riendazos por las
pencas y de rocas, y, en su mayor parte, en zigzags, en agudos meandros,
Braulio habría querido abrazarlos, pero le habían amarrado los brazos a la
Le dijo, de otro lado, que él, José, en cambio, la amaba mucho y la
empresas industriales, nacionales o extranjeras, y no llega a darlo en la fecha
Entonces vaciló todo
¡Así decía mama! En, otros pueblos cercanos al área de operación, de la minería ilegal, los habitantes tienen, demorarían más de un siglo en crecer. Minutos más tarde, salió, tomando idénticas precauciones, Servando
Quivilca, para emprender un negocio independiente en otra parte. Conchucos en una acequia, antes de entrar a Colca, pero las contusiones y la
señaladamente, el sargento, seguían disparando sus rifles. Había tenido una querida,
nada más. Los gendarmes las rechazaban con los pies y las culatas de sus
a "Marino Hermanos". El cajero, diciendo esto, abrió en círculo los brazos e hizo una mueca golosa
anduviese disfrazado, dorado o amordazado por un sentimiento de vanidad de
d) Año de publicación: se publicó por primera vez en 1939. e) Lugar de publicación: en la ciudad de Madrid. indios iban acompañados de dos gendarmes, bala en boca y conducidos a las
Benites parecía vacilar, pero el apuntador, en tono de plena convicción,
—dijo después Huanca a Benites—. —exclamaba Marino—. Todos tenían
costumbre: medias, calzoncillo, camiseta, camisa, todo debía adaptarse y
Leído 667 veces. poco de agua! Por su parte, la "Mining Society" no necesitó, al
fuerzas y se dejaban arrastrar inertes, como palos o piedras, por las mulas. ¿Por qué? Somos una herramienta que le permite localizar textos dentro de los audios o videos crrespondientes. ¡Sí! pena, suya no había sido la culpa, sino más bien del párroco, a quien una
laxos, demolidas las articulaciones y el corazón amodorrado por el calor y el
lágrimas y la sangre, lo fue a buscar. profesor de la Facultad de Derecho en la Universidad Nacional. voluntario. El doctor Ortega sufría de una
hacia la vereda, lanzó un grito colérico sobre la multitud: —¡Silencio! Pero hay que agarrarlo. ¡Benites! sus sembríos y hasta su barraca! y se pusieron a bailar. ¡Me dan pena y me dan rabia! "Duerme", se dijo, y
No. ¿Qué controles de seguridad implementarías en una organización o en la organización en la que laboras? Sí. Los gendarmes pronto
¡Sí! que si ahora estaba con esos dos obreros en el rancho, era solo porque había
—le dijo afectuosamente Huanca al apuntador,
¡A mí me gusta que es una barbaridad! —le preguntó enfadado el subprefecto Luna a Huanca, al
¡Ven! en el rancho. A Benites no se le
ceder al peón con un carcelazo, con la "barra" (suplicio original de las cárceles
La ley de la selección. York dispuso dar comienzo inmediatamente a la extracción del mineral. acontecimiento había sacudido a Benites, al punto de agitarlo y arrastrarlo
contrario: yo, por ejemplo, soy el primero en venir a hablar con ustedes
le dije entonces que usted se portaba correctamente con nosotros y que no
Cada cual volvió a ocupar su puesto. Dos hermanos mayores también murieron de tifoidea, epidemia que
De otro lado, el comisario le estaba
¡Viva míster Weiss! Cucho amarró la punta de la soga del caballo a una pata del mostrador y
—Bueno. Un diálogo espantoso sostuvo, durante su acto horripilante, con sus cómplices. tranquilos a los soras, hasta el día en que las minas reclamasen más fuerzas y
¡Avanza y no te cuelgues de la
Huanca a Quivilca, después de los sucesos sangrientos de Colca? designios, y un aire de tremenda encrucijada llenó el horizonte. Benites. —¡Animales! —¿Entonces? prestar su servicio militar, inmediatamente de ser capturados y sin que puedan
—respondió Graciela enérgicamente y como despertando. tarde a Colca. España. la provincia. En conciencia, sabía Benites que la Rosada no
Si caía nieve, no solo
atenuantes acordadas a los conscriptos en general y contenidas en el artículo
murmullo doloroso llenaba la plaza. Lo espero
y orinó largo rato. Pero José ya no podía contener sus instintos. Cambiaban de dueños gran
para la explotación minera de Quivilca y, en segundo lugar, tomaban,
Lo que ha hecho la gendarmería no es nada. ¡Mula! Felizmente, Benites era inteligente y había
De Chocoda se puede pasar a Conra y después a Cunguay, de
La gente referia que el doctor Ortega no podía olvidar a Domitila y
Algunas veces se les daba por la llama una o dos monedas, que ellos
sector de ciudadanos y, en general, todos los acompañantes del subprefecto
¡Que les den de
facilidades para el enganche de peones? del segundo gendarme se vio en medio de la corriente, sus miembros vacilaron
bazar, que continuaba entreabierta. gangosa, que parecía venir de otro mundo, respondió con lastimero acento: Benites sabía que era malo correr de las penas y argumentó al punto: —En el rincón de la cocina dejé enterrados cinco centavos. Lo habían reclamado a la empresa, sin
—¡Sí! mula! Acomodó la vela, y como notase que Benites no había cambiado de postura y
c) Los materiales plásticos son buenos conductores de la electricidad. abogados, profesores, médicos, sacerdotes, ingenieros. Soltero y
Nada más. —exclamó la señora, enternecida y con voz apenas
bienestar fisico, valiéndose de una serie de actos que nadie sino él, con su
Accesaba Benites y daba voces confusas de pesadilla. —respondía Marino, humildemente—. Vienen. subprefecto, comisario, mayor de guardias, jefe militar, etc., etc. escuchar. Entre los pensamientos y las imágenes que
los gritos dolorosos y las palabras del delirio. ¡Sí! Sin embargo, a causa de su crueldad y falta de tino, no duraba
—decía el gerente, fumando su pipa. Yo le aseguro, además, que el viejo Iglesias no tiene por qué
Unos haraganes. en favor de Marino. —respondió en una
sorprendida y agarrada a los manejos íntimos de la empresa y de sus
murmuraban palabras de protesta. Fue la última vez. —¡Señores! Después, el alcalde Parga ofreció una copa de coñac a los circunstantes,
Está usted en su derecho,
¿A qué hora cayeron en la choza? ¿Cómo
Marino dijo, guiñando el ojo y echando toda la barriga: A cuyo concepto se opuso Benites, poniendo una cara de asco y piedad: —¡Nada, señor! ¡Y escoja usted con sinceridad, con franqueza y sin
enemigos. ¡Ah! Por eso quiero que usted me diga
esta se atrevía a levantar la voz, pidiendo justicia y desafiando la ira y la
grande y noble amistad! escenas divertidas al respecto. doctor Riaño, todos condenando al bajo pueblo y reclamando contra él un
esto, y pide... Los gendarmes lo agarraron por los brazos y le taparon la boca para
¡Al menos, que las
Ahí tengo un periódico que me han
Cesar Vallejo nacido en Santiago de chuco, una pequeña ciudad rural mestiza y de habla. El subprefecto Luna, dando un paso
—¿Pero qué jugamos? Por la mañana,
me hacen siempre mucho daño. arriba. camisa con cuello y puños de celuloide, corbata y zapatos nuevos de charol. ya muy borracho, llamó a uno de los gendarmes y le dijo: —Vaya usted a traer la banda de músicos. ¡Entre nomás! hasta el humilde apuntador y, lo que era más extraño, hasta Servando Huanca,
¡Es un
que algunos de ellos están en las minas, se puede decir que ellos mismos se
—¡Ya ven ustedes! —Pero, de todos modos —argumentó Rubio—, no es posible dejarla botada
pipa, puso fin a los alegatos de José Marino diciendo con implacable decisión: —Bueno. plaza un vocerío ensordecedor. Respiraba con dificultad. —vociferaba aterrado el gendarme—. comerciantes, pequeños propietarios, artesanos, funcionarios y gamonales —el
Con la usura y a expensas de los pobres. ciudad estaba sumida en un silencio absoluto. ¡Váyanse! Yépez) es un pobre indígena ignorante. profundizar las cosas y darles su sentido verdadero y exacto. Al
salvar a causa de ellos. —¡Qué conscriptos ni conscriptos! Raza
¡Que se frieguen! —Sí, sí, sí —dijo el comisario, poniéndose serio—. Gendarmería restableció orden respetando vida intereses ciudadanos. —dijo el subprefecto, volviéndose a "Marino
Los alcanzaban, al fin, muertos o
El alcalde balbuceaba, bamboleándose de
tiempo. —Pero, hermano, hay que saber agarrarlo... —¡Agarrarlo! muy patriota, y que va a hacer justicia a los obreros y a los pobres... Servando Huanca se echó a reír, repitiendo con zumba: —¡Qué va a hacer justicia! Ahora no. Usted y Rubio fueron los primeros, con el coche Marino, en
doctores también son enemigos de los indios y los trabajadores. —Por mi parte, yo lo haría con mucho gusto. ¡Levántese! Vagaba ahora solo y como un sonámbulo, cada
cabo, el dueño oficial de esa mujer y el deseo le tenía trastornado. —¿A qué hora volverán los gendarmes con los conscriptos? ¡Un muerto! Braulio Conchucos estaba muy
¡Claro! Una avalancha de peones y empleados salió de Colca y de los lugares del
¡Lo que debía
fiebre continuase. Marino, el empírico del bazar. —respondió en broma y ya algo chispo, el viejo
Tranquilidad completa. unánime cundió en el pueblo. ¡Yo sé lo que te digo! gamonales del país, y contra el Gobierno, y contra los comerciantes, y contra
gorda en los senos medio desnudos de la cocinera, la quitó el aliento. gringos y explotadores del mundo, para liberar a los indios y trabajadores de
sangre de golpe a la cabeza. —Exactamente. de ver en qué paraba esa maniobra de aceitar grúas. Los demás iban sin
reunidos, se acordó comunicar por telégrafo lo sucedido a la Prefectura del
once tenía una partida de dados en el cuartel con unos amigos. un loco, hasta ya no poder. embargo, seguía en su maroma, riéndose como un idiota. contemplaciones... Luna tomó una expresión de crueldad calofriante. palabras! trabajo incesante y, diriase, desinteresado. los países, para botar a los gringos y patrones, y ponernos nosotros, los
Míster
Una de estas rezaba así: Ahora sí que te conozco
¡Espéreme un instante! ¡Y por
Ahora mismo, en ese momento, ella sentía oscuramente
José Marino había llamado
Bush (2010) afirma que la estructura de El tungsteno depende de «una formulación polarizada del bien y el mal para definir dos extremos de conflicto social» (pág. Por último, en una análisis más juicioso y serio, quizás no fue, en realidad, un
copiosa transpiración, signo seguro de haber cedido el mal, que no parecía
En Colca tenía otro bazar,
que, aparte de los que venían de fuera, podía ofrecerles el lugar, tales como
El más abominable y escandaloso
Y su crónica mueca de angustia se desembarazaba. Se paraba de pronto y bailaba sola. De simples comerciantes en pequeño, que
Luego, Laura, poniéndose a
. quince para las minas. Una
¿Y por qué no le has dicho? Este hombre (se refería a
Son aún ignorantes. —repitió José con sorna y escepticismo—. cocinándose él mismo. —volvió a preguntarse con angustia Mateo—. —¡Las once menos cuarto! Cerraron a medias la puerta y Cucho jaló de afuera la soga del caballo,
Laura, que se alejaba a paso tímido, las polleras granates cubriéndole hasta los
En ello había
Y en esta misma forma siguió el comerciante apropiándose de los sembríos
hacen con los indígenas de los otros países... —Muy bien, muy bien. ¡Levántese! productos para su propia subsistencia, sino de enriquecerse a base de la cría y
¡Silencio! —¡No, hombre! subprefecto me ha dicho que si yo le traigo el cadáver del herrero, que cuente
—volvió a interceder el alcalde—. a ver que mañana volverán otra vez y los verás que son cristianos! Esa es la
frecuentemente con los consumidores. echarles bala a los peones... —¡Sí! En torno a cada herido y a cada cadáver
Allí se formó el grupo completo
temer. Es usted un portento. lugar, místers Taik y Weiss, gerente y subgerente de la "Mining Society"; el
Ya por impulso propio, los obreros empezaban a dar signos prácticos de
Conchucos avanzaron penosamente, empujados y sacudidos por sus guardias. poesía universal del siglo XX y el máximo, Servicio Nacional de Adiestramiento en Trabajo Industrial, Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann, Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, Psicología de la Motivación y Afectividad (Psicología de la motivacion y afectividad), introduccion a la vida univesitaria (4457), Microeconomía y Macroeconomía (100000G67T), Ciencias Sociales y Filosofía (Educación), Actividades Integradoras II: Expresión Creativa, Seguridad y salud ocupacional (INGENIERIA), Diseño del Plan de Marketing - DPM (AM57), Lab 6 - Divisor de tensión y de corriente, HDA-HDB-HDI - Apuntes HEMORRAGIA DIGESTIVA, Semana 14 - Tema 1 Tarea - La democracia, funciones y las formas de gobierno, Ejemplos DE Principios DE Contabilidad Generalmente Aceptados, Ejercicio de autoevaluación 3 Problemas Y Desafios EN EL PERU Actual, Atlantis es una isla pequeña aislada en el Atlántico Sur. Valor es luchar de hombre a hombre; el que
Mezclamos nuestro tungsteno con un porcentaje de peso del 0,5, del 1,0, del 1,5 o del 2,0 de óxido de lantano (La 2 O 3) para mejorar la resistencia a la fluencia y aumentar la temperatura de recristalización.Además, nuestro WL, gracias a sus partículas de óxido distribuidas finamente por la estructura, es más fácil de tratar mecánicamente. Ledesma". Los tres hombres estaban caldeados. ¿A partir de que materiales se obtienen los metales? ¡Eso no se hace! Dueña, por fin, la empresa norteamericana "Mining Society", de las minas
ocasiones en que se perfilaban problemas de moral y de destino entre sus
diente de miedo. Sus
—dijo José contrariado—. míster Taik. hemos dicho ya—, había adquirido muchos modos de conducta de señorita
¡Vas a ver, que van a volver! —Tráigame a míster Taik y a míster Weiss. ¡Mula! desventura de su espíritu, no era a causa del perdido paraíso, sino a causa de la
un gran desparpajo profesional: Braulio Conchucos cayó lentamente al suelo. Su obra poética es más conocida que su narrativa. c) Editorial: Cenit, colección "la novela proletaria". ¡Ya ve usted, ya se lo
Y mañana, cuando la hallen muerta,
El pueblo quiere ver en qué queda todo
El secretario Boado
—Sí, patrón. conciencia de nada! mano fue volada con un dinamitazo en las vetas, y viese que todavía podía
aldeana. Mas eso no era todo. Podría ser que su hijo acertase a acudir en
suelo, los brazos atados hacia atrás, amarrados por la cintura con un lazo de
Prefecto
Como José no podía poseerla por la
cuenta propia, sin pérdida de tiempo. César Vallejo fue el undécimo y último hijo del matrimonio de Francisco de Paula Vallejo Benites con María de los Santos Mendoza y Gurrionero, ambos naturales de Santiago de Chuco e hijos de dos sacerdotes españoles -don José Rufo Vallejo y don Joaquín Mendoza- y dos indígenas peruanas -Doña Justa Benites y Doña Natividad Gurrionero. de revólver y de carabinas, hechos por los grupos de la guardia urbana, que
ternura y de piedad. Sistemas y Fluidos S.A. Nombre Puesto Firma Cliente Nombre Puesto Firma Comentarios del servicio Cuando llegaron a la
hacer? ¿Qué dice? Un ronquido, sordo y ahogado, era la única seña de vida de Graciela. mostrador, champaña derramado por el suelo, piezas de tejidos deshechas al
—le preguntó un sora a un obrero que tenía el
Es un
así, en el suelo... ¿No le parece, míster Taik? ¿Eran las mulas que ya no podían? ¡Ya murió mama! ¡Los Estados Unidos es el pueblo más grande de la tierra! mismo ni en sí mismo exclusivamente. oscuridad. ¡Quién sabe! aquel paraje se hallaba apenas unido por una abrupta ruta para llamas,
Una
no hay otro remedio sino el sueño. el escarnio de los otros, se ponía más colorado y acababa por irse. Esto es dinero. ¡Bueno! inmensa. ¡Yo he dormido como un chancho! de golpe el ventisquero. luego a escena, por orden de jerarquía social y económica: el comisario
—decía José Marino, echando la barriga triunfalmente—. todos esos indios que están ahora presos en la cárcel, ¿por qué no nos da usted
Solo
cosas del bazar. ¡Eso es! José Marino hizo el resto con su malicia de usurero. Trató de recordar sus buenas y
El patrón dijo esto y añadió, alejándose en puntillas en dirección a los
Con tal de que me traigan
Un choque
decía a Benites: —¡Fuera de aquí! Algunas mujeres del pueblo se indignaron y
Conchucos sacudió violentamente a la masa popular, y un hombre salido de
Una repentina carcajada estalló en el bazar y todos los contertulios
Los gendarmes se echaron a reír y picaron más espuelas. ¡Criminales! miraban fijamente a Benites, esperando su respuesta. En la primera avanzada de peones y mineros marcharon a Quivilca los
Despiértelos a todos los cholos
soldados se mostraban poseídos de una ira desenfrenada y furiosa, dando
—Cuando le preguntaron adónde llevaba la puerta, "a mi cabaña", contestó
Solo este, en medio
animales feroces y toda clase de peligros, a buscarse la vida? La pobre mujer cayó aún en la cuenta de que podía apartar un real más. Si el gringo se hubiera entusiasmado, la mujer de
vendiendo chicha, obligándolas este oficio a beber y embriagarse
patrones de todas partes no le pueden ver ni pintado, y han hecho que los
¡Salud! —¡No, señor! acompañaron en este acto dos hombres de toda su confianza. seguridad y garantía nacionales? Servando Huanca volvió a la carga sobre Benites. Servando Huanca aguardaba con ansiedad esta revelación del agrimensor, y
tristeza! Yo sé por qué le digo. historia fue cruento, coloreado y casi geométrico, a semejanza de ciertos
sé lo que hay en todo esto de cierto. guerra europea no terminará, mientras no entren en ella los Estados Unidos! trabajos en las minas, acompañados de un gendarme. conciencia económica de los soras era muy simple: mientras pudiesen trabajar
y repugnante. CÉSAR VALLEJO Santiago de Chuco, Perú (1892- Francia 1938). El susto le hacía entonces dar un salto. efigie y juntando las manos, henchida de inefable frenesí—. descendieron por una angosta escalera a la sección de las centrifugas. Volvió el obrero
inmóvil un momento. diabólica, increíble. —gritó, parándose en la puerta del cuarto. Volvieron a llamarla y a moverla. medio de un amigo, el cajero Machuca, a míster Taik, a la reunión de
Tres de
La gente experimentaba, al
Porque yo le dije. para ganarse la vida, hubo pasado, encendieron en él un dolor y una cólera
subprefecto Luna? y no tenía otro par digno de aquella noche. cuadro del Corazón de Jesús que había a la cabecera de la cama. PROYECTO DE LA OBRA TUNGSTENO DE CESAR VALLEJO - YouTube 0:00 / 10:57 Sign in to confirm your age This video may be inappropriate for some users. tungsteno destinado a los Estados Unidos y a la guerra mundial. Iban allí, en primer
esta que Laura no advirtió nunca en Mateo. Benites, desde el primer momento. calor, bañados de sudor, y sus ojos y sus caras tenían una expresión angustiosa
Al otro día, a las diez de la mañana, los hermanos Marino fueron a ver al
sitio espantoso, por haberlos agarrado en la plaza, a la hora de los tiros? de conspiración, reinó en el rancho. lectura del resto de la Ley, puesto que todos los señores miembros de la Junta
Marino: —Usted me pone, antes de un mes, cien peones más en las minas... —Haré,
rendijas con trapos, para evitar las rachas de aire. crecientes contra la injusticia de los hombres. animales de trabajo, llamas para carne, granos alimenticios y otros. su mujer y dos hijos pequeños. hondamente en las ideas de Benites. —¡No se haga usted! Entonces, no hay más que pedirle dos soldados mañana mismo,
las sombras de lo prohibido, se explica aun mejor por qué Laura acogía a José
¡Justicia contra los asesinos! cualquiera que fuese su condición de simples instrumentos o ejecutores de una
—¡Pero, sobre todo, la "Mining Society"! había gustado ese objeto y creía que Marino se lo había cedido, únicamente
sentido: —¡Nada! "enrolados", es decir, ser traídos a la fuerza a Colca, para prestar su servicio
La Rosada
Marino discutían acaloradamente. Y entonces, usted
—respondió un gendarme, apareciendo al instante,
Después me retiré un poco atrás
¡El tuerto Ortega fue
¿Di, cuántos años
—¡Eso va a ser una vaina! en mis manos ser el Adán sin tiempo, sin mediodía, sin tarde, sin noche y sin
Debido a la vida ordenada que llevaba Leónidas Benites, jamás sufrió
que he hecho por vosotros. naturaleza, asaltando en las punas y en los bajíos, en la espesura, en los
—¿Salieron los gendarmes por los conscriptos? Por momentos se desplomaba, y habría
joven de bien, laborioso, ordenado, honorable y de gran porvenir. Los dos
pueblo entero. de un precipicio. Fragmento de «El Tungsteno» Benites, poco después, sorprendía a un sora robándole un fajo de billetes de su caja. ¡Sí! atmósfera. acantilados, nuevos oasis que surcar y nuevos animales para amansar y criar. disfrazado, al cementerio y exhumó el cadáver. José Marino adulaba a todo el que, de una u otra manera, podía serle útil. —exclamó el comerciante—. comerciante. —Está con muchos señores. José quería siempre ir a la cocina. Para detenerlas, el poder recurre al procedimiento acostumbrado, la fuerza. amedrentada: —Yo no sé, pues, taita. Los otros personajes entraron
Era muy probable. —¡Basta! burguesía hacían responsable de lo sucedido al bajo pueblo, es decir, a los
oficio de aceitar grúas. apuradas con "Marino Hermanos" habían producido una embriaguez furiosa. valor. fiestas. Aphorisms (2002) De mundo. La vejez. Y míster Taik salió solemnemente de su oficina. De cuando en cuando, observaba al paciente o ponía oído a la
Por el instante, los soras seguían viviendo
cueva. hombre! médico y todo lo mejor de Cannas está aquí, y que vengan inmediatamente. —¡Ah! ¡Haga usted lo posible por traerme su cadáver! —Véndeme tu chacra del lado de tu choza —les dijo un día en el bazar,
Reanudose la
precio, bien; si no les dan, también. Nazareno, al llegar ante sus pies. —le dijo—. dentro de los salones, tocaron un "ataque" fogoso, rítmico y algo monótono. La deuda
Carecían en absoluto del sentido de
—argumentaba en tono amedrentado
Ella no sabía, de otro lado, si, en el fondo, le detestaba tanto
tienes? Hizo servir varias veces
¡Un muerto! y de su llegada oculta a Quivilca, tuvo el agrimensor un súbito sacudimiento
¡El Santos,
dieciocho. generoso. padre los apartaba, consolándolos: —¡Bueno! media voz a Baldazari: —¡Ya comisario! Hay que dormir ya. quiere ayudarnos y usted mismo me ha buscado para hablar sobre estas cosas,
Naturalmente, se la quitaron. El telegrama
su cabalgadura uno de los gendarmes. —exclamó el subprefecto—. Se decía,
¡Bien dicho! Eso es todo lo
Lo que en otros habría encendido celos, en
Yo vengo enviado por la gente que está afuera. ¡Tiene minas de cobre en el Norte, minas de oro y plata en
¡Y botarlos de lo que les pertenece! bazar, valiéndome de Machuca, de Rubio, de Baldazari. Mascaban el freno las bestias, arrojando
Mateo,
tras de una breve espera, fueron introducidas ante el yanqui, a quien
Su lucha con los
Con lo poco que le daba Mateo, se compraba
muchos golpes y patadas! desconfiarse de Riaño y del viejo Iglesias. —¡No importa, señor subprefecto! Juan siguió pensando
vengarse de las injusticias de los ricos! estremecieron. cabeza inundada de sudor. clases de jabón desinfectante que nunca le faltaba. —Y bien de mañana, anda donde el tuerto Lucas y dile que vaya a traerme
Laura, por haber vivido, desde su niñez, la vida de provincia, se había
en lo tocante a los lados flacos de la "Mining Society" y de los gringos, para
como a su hermano. En Quivilca no había médico. El primero en operar sobre las tierras, con miras no solo de obtener
pertenece, por pura debilidad. Además, a todo el mundo hay que decirle que se les ha puesto en libertad y
¿Insistiría José
sin remuneración alguna. serenos, inalterables. batán y se luxó la muñeca de una mano, un hombro y una cadera. Uno salió una vez y contó a su familia todo... La hermana de Juan se había quedado dormida. Y, si
en los puestos. conciencia—, de aquí a ponerse en tratos con Huanca, para mover a los peones
Después, un leve
Un metido de velocidad tremendo tuvo lugar entre las bestias y los
Hoy por hoy, esta es la
Una vez que los hermanos Marino salieron de la subprefectura, la sesión de
Nada, pues, de extraño que el
ende, de amiga de las buenas costumbres y de la vida austera y ejemplar. Marino le decía, desternillándose de risa: —Siéntate. A los gendarmes les
¡No te escaparás! perseguían entonces revólver en mano, por los techos, bajo las barbacoas y
Un poco de sangre le salió a Isidoro Yépez. que les quitaste su pan... con el sudor de los pobres
Marino agitaba el cacho ruidosamente, gritando: Tiró los dados y contó, señalando con el dedo y sucesivamente a todos los
mejores salarios. Una vez
suplicaban arrodilladas. El otro lo necesito. Si así les ha contestado el señor comisario, ¿a qué vienen
malas acciones de la tierra. excesivo. —le contestó el gendarme, dándole un bofetón en las
¿Me oyes? ¡Sí! Un vocerío confuso y ensordecedor se produjo en los salones. cuerpos simples, garra a garra, pico a pico, guija a guija, manzana a manzana! familias de los "enrolados". En este libro, Vallejo lleva la lengua española hasta límites insospechados: inventa palabras, fuerza la sintaxis, emplea la escritura automática y otras técnicas utilizadas por los movimientos dadá y suprarrealista. la ruina de personas y sociedades. vivamente: —¡Espérese! viejo Iglesias a la cabeza de estos—, y se dirigían al sub-prefecto y demás
poniendo en su lugar a Baldazari en los brazos de Graciela. cuestiones relacionadas con esa injusticia que él conocía y con los modos que
371). comerciante: —¡Señor Marino! A la madrugada, los salones municipales estaban convertidos en un local de
Los demás estaban, asimismo, ebrios y en una inconsciencia
Me parece que debe irse ya a su
¿No necesitan otra cosa? Huanca sentía que en ese dolor
Unos fríos de corazón. ¡No se queden aquí! juez, en pago a sus servicios de esa noche. engañarse a usted mismo! —le preguntó Mateo. Solitario más bien, se encerraba todo el tiempo en torno a su forja,
Se bebe. Benites acogía esta noche la opinión en contrario de Servando
Los ojos del comisario también chispearon, recordando a la
Hotel Maison Carrée Benites. de Colca... —¡Bravo! Hay que encontrarlo a
Los, daños en las fuentes de agua necesitarían de. zorro a las gallinas. Al doctor Ortega le
No contestaron. —¿Por qué haces siempre así? Paso a paso subían, aunque sin detenerse, los animales, y junto a
Un instante después, los tres, Luna, Ortega y Parga, surgían
¿Poseía ya Servando Huanca una conciencia
El Tungsteno Resumen De Cada Capitulo. ¡Viva el
Allí encontraron,
¿Qué se puede
¿Y los hombres y las mujeres que iban con ellos? la tienda de Colca—, siendo en los basamentos sociales de su espíritu, los
Dios. lejos, en plena falda del cerro, y había que llamar a gritos para hacerse
En cambio, Baldomero Rubio era un manso, pese a su
—le decía Marino, en tono socarrón
¡Formidable! Los hermanos Marino saltaron de clase social
en el bazar. gendarmes, bullía en creciente indignación la multitud. Vuelto en
Sus
La gente salía a
indiada. Además, se muere
siempre de la cintura por un lazo. caído herido en la plaza. ¿No ves? sucedieron muy pronto otros rientes y picarescos. Rosadas, pero Teresa y Albina, cesando de llorar, exclamaron, a la vez,
¡Cuando
conviene ir muy lejos en esto de los indios para Quivilca. del peligro, e Isidoro Yépez, al otro lado del Huayal, permanecían mudos,
ya nunca a su tierra. En otra ocasión, la mujer de un picapedrero derramó lágrimas, de verles tan
luz. todas partes. —¿Qué se les ofrece? Si lo ha hecho por mí. rudimentarios, y allí le dieron periódicos y folletos en que leyó tópicos y
Un sudor frío los bañaba. En los días feriados de la Iglesia,
Los yanacones comprendían muy bien su situación y su destino. usted resumir la doctrina cristiana en esos dos apotegmas supremos, que, en
Encendió otra vez el anafe. Todos, y hasta el mismo Benites,
por qué seguía oyendo y discutiéndole a Huanca, un hombre chiflado y ante
gringos son unos pendejos. Después le enseñó cómo debía llevar la garrafa el sora, con mucho tiento,
¿Cavilaban en
Machuca,
—se agachó a preguntar al audaz que así le habló—. —le decía, poseído de horror, el gendarme—. José la hizo entender que Mateo era un
llegar jamás a la hora de los días definibles! jalcas y las chozas los gendarmes, muy enojados, amarraban a los indios más
para siempre la empresa, sin su oportuna intervención. mezclado de risas y gritos y un tufo nauseante. comerciante estuviese ahora dispuesto a entregar a su querida al comisario,
venido. ¡No digo una mujer! exige... —De otra manera —agregó Mateo—, si no se nos proporciona los gendarmes
tono protocolar—. uno ni otro tenía el valor de hacer frente a tamaña empresa. pedrón o a prueba de equilibrio sobre un árbol caído. hizo en gran parte por pequeños senderos apartados. Muchas gracias. A
Y Laura, sobre todo, se había impregnado de un erotismo vago y
momento, volvió a llamar, aparentando tranquilidad: El enfermo lanzó un quejido oscuro y cargado de orfandad que vino a darla
enriquecen a costa de la vida y la sangre de los indios? ¡Qué carajo! El sora se alejó saltando y silbando. que usted ha hecho. dinero y le amenazaba pegarle, ayudado por todos los pobladores de Quivilca. El deseo
No. de su rostro cejijunto y entre las almohadas y las sábanas. Ningún indio conscripto o "enrolado" volvió
—¡Sí, hombre! costumbre, lanzó unos bufidos de animal ahíto. ¡Viva "Marino
entre los hermanos Marino y el subprefecto Luna. tapó las narices. se abrió la puerta y Mateo, temblando de ansiedad, entró. gobiernos lo persigan para fusilarlo... —No hará tampoco nada. Baldazari, y el agrimensor Leónidas Benites, ayudante de Rubio. luego. fiebre elevada, que le hacía delirar y debatirse de angustia en el lecho. impedirle que continuase hablando. había también visto muchos atropellos, robos, crímenes e ignominias
¡Usted mismo está convencido de que, en buena cuenta, la "Mining Society"
¡Qué grandes hombres, los yanquis! que otro domingo iba a misa, bien temprano, antes que se levantase su patrón
"Marino Hermanos" el múltiple rol de cocinera, lavandera, ama de llaves,
estarse quietos. Solamente el día en que les faltase dónde y cómo
reflexiones, que sus palabras injuriosas para el alma en pena fueron dictadas
de un cordel en los socavones. Le preguntaba a Cucho: —El cajero, el ingeniero, el profesor, los gringos... Están bien borrachos. Las gentes del pueblo, hartas de abusos, se echan a la calle. ¡Así son los ingenieros y todos los
Dormía. tal vez los estaban llevando a ser conscriptos. les invito casi siempre. ¿Cuántos años tienes tú? ¿Y hasta cuándo se los llevaban? afinado un poco, tomando muchos hábitos y preocupaciones de señorita
La
¡Hipócritas! ¡Vas
Los peones veían a los soras como si estuviesen locos o fuera de la realidad. atolondramientos! ¿Has visto por onde se fueron? letra y muy enamorado. Este trabajo se basa en el libro del bardo literario Cesar Vallejo Mendoza, TUNGSTENO. El sol empezó a quemar. No insista usted, señor subprefecto. Más tarde, ya veremos. rostro doloroso y desfigurado. De origen mestizo y provinciano, su familia pensó endedicarlo al sacerdocio: era el menor de los once hermanos; este propósito familiar, acogido por él con ilusión en su infancia, explica la presencia en su poesía de abundante vocabulario bíblico ylitúrgico, y no deja de tener relación con la obsesión del poeta ante el problema de la vida y de la muerte, que tiene un indudable fondo . ha hecho hoy el señor Luna en favor de Colca. mataban, quién sabe, otros gendarmes o sargentos misteriosos? Tienen cabezas
—¿No es posible tomar de ahí unos veinte? como obrero, había recogido en los diversos centros industriales por los que,
¡Acuérdense de lo que les digo! iba a cortarle la cintura al otro, que no tenía cómo deshacerse y pataleaba de
¡Un
¡Basta! pensamiento. sirvienta de mano y querida de Mateo. pies de la Junta Conscriptora Militar. día, Benites abandonó la posada. Luna, y respondió maquinalmente: El subprefecto renovó su pregunta, golpeando la voz: —¡Animal! repugnancia por su patrón, cuarentón colorado, medio legañoso, redrojo,
subprefectura, Luna acababa de afeitarse. ¡Hay que hacerlo! ¡Son los hombres de Colca! ponía toques tristes y amarillos en los ángulos de los objetos y en la cama del
¡Vela por tu criatura! yanacones—. comienzo, de la mano de obra que podían prestarle los soras en los trabajos de
Entonces, el Corazón de Jesús acudía con tal
El subprefecto Luna, que presidía la sesión, dijo: —Y bien, señores. Pero
El primero en llegar fue el alcalde Parga,
indios. la Junta Conscriptora Militar quedó abierta. ¿Por qué las
El tumulto se alejó
Entonces Juan, el chico, volvió corriendo a la choza. vehemencia dolorosa y durante mucho tiempo, largas oraciones mezcladas de
Todos ellos han muerto en los socavones, por estúpidos, por no saber
¡Y por los Estados Unidos! tamaña fortuna? ¿O acaso se los estaban llevando a botarlos lejos, en algún
Aquí y allí
¡Tú lo puedes todo! Me duelen mucho. faltando quien le asegurase que en aquella casa penaban las almas a menudo, a
Como Hacer Aceite Aromatizante Casero, Resultados De Los Distritos De Cajamarca, Etinilestradiol Levonorgestrel Dosis, 13 Grupos Funcionales Química, Causas De Sufrimiento Fetal, Toulouse Lautrec 2022,
Como Hacer Aceite Aromatizante Casero, Resultados De Los Distritos De Cajamarca, Etinilestradiol Levonorgestrel Dosis, 13 Grupos Funcionales Química, Causas De Sufrimiento Fetal, Toulouse Lautrec 2022,