I, cap. Los romanos asimilaron y heredaron los oráculos griegos, creando además los suyos propios como aquel de la Sibila de Cumas. autor de la Relación de las costumbres antiguas de los naturales del Perú (c. 1590)—, prácticamente comían solo productos vegetales. Está enfocado en ayudarte a crear rituales que te nutran el alma , por lo que no necesitas ser un gurú de la espiritualidad para practicar lo que estas 55 cartas proponen para tu día a día. Sólo a estos dos huacas adoraban por encima de todos las demás enriqueciéndolos y embelleciéndolos [con sus ofrendas] de plata y oro; disponían a varios centenares de hombres [para servirles] como yanas y colocaban las llamas [dedicadas a su culto] en la tierras de todas las comunidades… He aquí lo que pensamos: los ingas creían que los límites de la tierra se encontraban en Titicaca y, por la parte del mar, en [las tierras de] los pachacamac; más allá no había otras tierras; ya no había nada. Por su parte, los jesuitas José de Arriaga, Franco Conde y Luis de Teruel detectaron en el pueblo de Huacho, en 1617, una modalidad más compleja de consulta oracular, basada en la posesión y la glosolalia. SHADY, Ruth y LEYVA, Carlos, (eds.) Arellano, 1999). expresamente aplastada, o contando el número de cañitas contenidas en dos manojos de pajas. El suyo es el caso más conocido y mejor documentado de destrucción de un oráculo por parte de los señores del Cuzco. Rowe, 1946: 304-305; Karsten, 1979: 220-235; Valcárcel, 1964: 267-270; Gareis, 1987: 70-71 y 319 ss. Perú Siguiendo nuestra propuesta de . edición corregida). Una gran «archivo» de estas tablas se conservaba en un templo del Sol, llamado Poquen Cancha, ubicado inmediatamente al noroeste del Cuzco (Sarmiento, 2001: 49, cap. En total unas sesenta-setenta huacas15. Y, ¿por qué este trasiego continuo —si realmente se daba— de información, desde los peregrinos hacia la alta jerarquía inca, aparentemente no llegaba a afectar la credibilidad del rito confesional y por ende, la veracidad de las declaraciones de los penitentes, lo que hubiera evidentemente vaciado el acto de todo sentido y eficacia? Arte Rupestre Con los nuevos «oráculos», es decir los «hombres-huaca» del Taki Onqoy, lo que parece imperar es el espíritu de communitas, propio de pequeños grupos locales escasamente jerarquizados y en fase crítica de reacomodo socio-político. El ejemplo de las guerras rituales de sucesión. La evocación de Pachacamac en dicho contexto no debe extrañar ya que los Incas llegaron a considerar a esta deidad nada menos que como hermana del Sol. LVI)— que los señores del Collao ofrecían anualmente a éste y al Sol seres humanos, en solemne rito expiatorio instituido por Viracocha, el octavo soberano de la dinastía inca. Got it. Si la huaca le contestaba, el Inca la reconocía como «buena»: esto comportaba que se le tributaran de inmediato honores y ofrendas y que, desde ese momento, su culto fuera reconocido oficialmente por el Estado. Sobre el significado de. ): 456-457; Roma: Istituto della Enciclopedia Italiana. ZIÓŁKOWSKI, Mariusz S. y SOBCZYK, Maciej, 2005 – Huaycha y Jamayo: sitios ceremoniales en las alturas de Andaray. En las fuentes de los siglos XVI y XVII se encuentran mencionados varios episodios de este género. Homenaje a John Murra (Ana María Lorandi, Carmen Salazar-Soler y Nathan Wachtel, eds. ZUIDEMA, Tom R., 1974-1976 – La imagen del Sol y la Huaca de Susurpuquio en el sistema astronómico de los Incas en el Cuzco. Hojas de coca vuelan por el aire y caen sobre una mesa donde una curandera indígena las observa y recomienda la terapia a seguir a pacientes que . «Y el oráculo del demonio que allí tenían —relata Sarmiento (2001: 92, cap. XXIV; véase también Betanzos, 2004: 55, parte I, cap. XXIV; cf. Al respecto, Ziółkowski ha notado que la creencia y las prácticas oraculares entre los señores del Cuzco eran tan radicadas que estos no solo interrogaban a sus propios dioses en el Coricancha y en otros templos del Sol, sino que, todas las veces que les era posible, consultaban también a los mayores oráculos no incas, como Pachacamac o Catequil, a todas luces con el afán de aprovecharse y beneficiarse del gran prestigio de estos santuarios y legitimizar su posición hegemónica frente a los lugareños y a los otros pueblos sometidos. ZUIDEMA, Tom R., 1991 – La civilización inca en Cuzco; México, D. F.: Fondo de Cultura Económica. 61; Arriaga, 1999: 42 y 57-58, capp. GAREIS, Iris, 2005 – Las religiones andinas en la documentación de la extirpación de las idolatrías. FLORES ESPINOZA, Isabel, 1959 – El sitio arqueológico de Wari Willca, Huancayo. XXVIII; Molina, 1989: 62, 77-78, 98; Guaman Poma, 1980, I: 63, n. 80, 66, n. 84, 79, n. 99, 234, n. 263, 239, n. 267, y. Sarmiento, 2001: 63, cap. XXIX). En cuanto al sistema de los ceques —las líneas sagradas imaginarias que partían en forma radial del centro del Cuzco y a lo largo de las cuales se encontraban una serie de huacas (véase Rowe, 1981; Bauer, 2000; Cerrón-Palomino, 2005)—, los trabajos de Tom Zuidema (1989, 1991, 1995 y 2003) han mostrado cómo estos representaron un sofisticado sistema operacional polivalente, a través del cual los Incas codificaban y hacían coincidir los diferentes planos de la experiencia y de lo real, desde la organización sociopolítica a la del espacio, desde la astronomía y el calendario al ciclo de las actividades económicas y ceremoniales, desde la cosmología a las manifestaciones artísticas, en una grandiosa operación de racionalización y sistematización del universo cultural y natural que posiblemente no tiene igual en ninguna otra civilización antigua de la historia. A veces a la consulta asistía el propio Inca, que se preparaba para el solemne rito oracular absteniéndose en los días previos de comer ají, sal y carne. A pesar de la trascendental relevancia y difusión del fenómeno oracular en el mundo andino antiguo, éste, extrañamente, no ha llamado la atención de los investigadores hasta años relativamente recientes. ZIÓŁKOWSKI, Mariusz S., 2004 – Coropuna. Los pagos son la forma más común de venerar a las divinidades. V, cap. Alma Mater, Revista de Investigación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 17: 127-148; Lima. Además, el permanente estado de guerra de esos terribles años, con su altísimo costo de vidas humanas (cf. ), II: 131-388, III y IV: 1-221. CONKLIN, William J., 1982 – The Information System of the Middle Horizon Quipus. Y si a caso avían sido negligentes en el servicio del Inga, también lo confessaban». (Javier Flores Espinoza y Rafael Varón Gabai, eds. BALLESTEROS-GAIBROIS, Manuel, 1979 – Mito, leyenda, tergiversación en torno a Cacha y el «templo» de Racchi. XII, cap. Véase Molina, 1989: 130-131; Albornoz 1989: 196; y los testimonios, de 1570, de Baltasar de Hontiveros, Pedro Contreras y Gerónimo Martín (Millones, 1990: 75, 88, 130), entre otros. En esta óptica, todavía antes que un canal a través del cual los grupos étnicos subalternos podían expresar en forma institucionalizada y solapada sus aspiraciones y reivindicaciones a fin que el Sapa Inca pudiera escuchar la «voz del pueblo», como planteado por Gose, es probable que el gran ritual oracular inca de la Capacocha descrito por Cieza —y del cual nos hemos ocupado al inicio de este ensayo—, haya representado fundamentalmente un poderoso instrumento de presión de los gobernantes del Cuzco sobre las elites provinciales, a fin que los sacerdotes de estas últimas formularan coram populo predicciones a ellos favorables: vaticinios que, luego, las mismas elites debían hacer todo lo posible para que resultaran acertados, esto es, que se realizaran, pena el desprestigio frente a los demás jefes étnicos del Tahuantinsuyu, sin contar la pérdida de privilegios y recursos. XXX) dice: «el çaçerdote mayor tenía aquella dinidad por su vida y era casado y era tan estimado que conpetía en razones con el Ynga y tenía poder sobre todos los oráculos y tenplos y quitava y ponía çaçerdotes». En todo caso, no representaba un aliado confiable para los gobernantes del Cuzco. TOPIC, John, 1998 – Ethnogenesis in Huamachuco. IV). Kuelap Desde el inicio de los tiempos, sanadores, chamanes y curanderos han tenido a los cristales en muy alta estima y valoración. Lineas de Nasca Manuscrito quechua de comienzos del siglo XVII, 616 p.; Lima: Instituto de Estudios Peruanos – Instituto Francés de Estudios Andinos. XXXVI; véase también Molina, 1989: 64-65). Curatola, 1994: 254-258. Significativa, al respecto, es la tradición inca —recogida por le padre Bartolomé Álvarez (1998: 74, cap. ¿Con el capricho de un loco juguete de un furor y una violencia incontenibles? IV). . BAUER, Brian S., y STANISH, Charles, 2003 – Las Islas del Sol y de la Luna. En: El culto estatal en el Imperio inca. Pontificia Universidad Católica del Perú. Las preguntas eran formuladas por los responsables del culto estatal inca y contestadas por los ministros de las huacas, los cuales se preparaban a recibir la inspiración divina ingiriendo abundantes cantidades de aha (chicha) y abandonándose a danzas extáticas. El caso de la civilizacíon andina, e inca en particular, con su culto de los malquis (momias de los antepasados), sus grandes rituales colectivos y sus innumerables oráculos (que pueden considerarse la forma culturalmente y socialmente más elevada de adivinación), confirma plenamente su conjetura. 1471-1493)[4]. Habría sido precisamente a consecuencia de esta aparición que el joven Inca, hasta ese momento llamado Hatun Tupa Inca, había asumido el nombre de Viracocha (Sarmiento, 2001: 80, cap. (Javier Flores Espinoza y Rafael Varón Gabai, eds. REINHARD, Johan, 1999 – Coropuna: Lost Mountain Temple of the Incas. ): 108-123. Posteriormente, de los oráculos andinos se ha ocupado también el que escribe en el ensayo «Adivinación, oráculos y civilización andina» (Curatola, 2001), en el cual se ha intentado explicar el extraordinario desarrollo del fenómeno oracular en el Perú antiguo, poniéndolo en estrecha y directa relación con otros aspectos fundamentales de la civilización andina. Revista del Museo Nacional de Historia, 12: 7-26; Lima. La actividad oracular parece, en efecto, haber tenido entre las sociedades del Perú prehispánico, todas las características de lo que el gran sociólogo y etnólogo francés Marcel Mauss, en su clásico Essai sur le don (1923-1924), llamó un «hecho social total», esto es, uno de aquellos fenómenos polivalentes y multidimensionales que abarcan diferentes esferas (religiosa, política, jurídica, económica, artística, etc.) 2003 – Procesos y visitas de idolatrías: Cajatambo, siglo XVII, 882 p.; Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú – Institut Français d’Études Andines. Ayuda a limpiar el hígado y prevenir la osteoporosis. En efecto, en general, una vez escuchada la declaración del penitente los sacerdotes andinos solían controlar si éste les había dicho la verdad o menos, mediante diferentes técnicas adivinatorias: examinando las entrañas o la sangre de animales, echando una especie de dados (pichca), observando en cuántos pedazos se había fragmentado una cuentecilla de mullu (concha de Spondylus sp.) MAUSS, Marcel, 1965 – Teoria generale della magia e altri saggi, 415 p.; Einaudi: Torino. 13 Véase también Cabello Valboa, 1951: 454-455, parte III, cap. A Postprocessual Prehistory of Central Andean Social Organization, 371 p.; Austin: University of Texas Press. Washington, D. C. PUENTE LUNA, Jose Carlos de la, 2004 – Huarivilca. Memorias del 46˚ Congreso Internacional de Americanistas, Simposio ARC-2, Amsterdam 1988 (Mariusz S. Ziółkowski, ed. Para diferentes hipótesis sobre la naturaleza y la función de los, La hipótesis planteada por Tom Zuidema (1974-1976: 228) y desarrollada por Arthur Demarest (1981), que Viracocha personificara al Sol maduro de diciembre, parece en efecto justificada. Catequil, cuyo santuario se encontraba en la cumbre de un cerro, en la región de Huamachuco, en la sierra norte del Perú, era un oráculo de importancia panandina, venerado y «temido» desde Quito hasta Cuzco. Las consultas oraculares debieron representar el primer paso, obligado, de todo proceso de movilización militar Inca. XXIX)— … dio por respuesta que él tenía señalado a Pachacuti Inca Yupanqui para que fuese inca. Arqueología y Sociedad, 4: 13-25. OraculoSiNo.com. En: Francisco de Xerez.Verdadera relación de la conquista del Perú (Concepción Bravo, ed. Se entiende entonces por qué Huascar, en el momento más álgido de la guerra para la sucesión, antes de hacer un llamamiento a los señores étnicos del sur andino para que movilizaran a su gente, anduvo a la desesperada y afanosa búsqueda de oráculos que le fueran favorables. Frente a este mutismo, que definitivamente equivalía a una negación de apoyo, el Inca enfureció y amenazó sin medios términos destruirlas a todas, con estas tajantes palabras: «¡Hablad! Las huacas resurgidas —reparaba Luis de Olivera, el religioso que por primero señaló la difusión del culto entre los nativos— «ya no se incorporaban en piedras, ni en árboles ni en fuentes, como en tiempo del ynga, sino que se metían en los cuerpos de los yndios y los hazían hablar»25. Ponencia presentada en el simposio «Política, autoridad y poder», VI Congreso Internacional de Etnohistoria. sá'al: ( Números 27:21) «El se pondrá delante del sacerdote Eleazar, y le consultará por el juicio del Urim delante de Jehová; por el dicho de él saldrán, y por el dicho de . DEABORN, David S. P., SEDDON, Mathew T. y BAUER, Brian S., 1998 – The Sanctuary of Titicaca where the Sun returns to Earth. Entonces tomó la palabra la huaca Macahuisa, un hijo del oráculo Pariacaca, la cual se comprometió a movilizarse personalmente contra las rebeldes; cosa que cumplió puntualmente, exterminando con rayos y lluvias torrenciales a todos los jefes étnicos y guerreros en armas contra el Inca. Los encontramos habitualmente en sociedades tradicionales y son diferentes . MOLINA, Cristóbal de, 1989 [c. 1573] – Relación de las fábulas y ritos de los Incas. Revista Española de Antropología Americana, 33: 17-37; Madrid. Por represalia, Manco Capac, enojado, hizo entonces arrojar cerro abajo la piedra que representaba a la huaca (Arriaga, 1999: 89, cap. Por ejemplo, el jesuita Luis de Teruel recogió en la sierra sur del Perú una tradición según la cual Manco Capac, al pasar por un pueblo donde había una antigua y famosa huaca-oráculo, decidió consultarla no sin antes rendirle debidamente homenaje con sacrificios y ofrendas. oráculos-oracles. Y los grandes oráculos incas siguieron activos —si no necesariamente en los hechos, por lo menos en el imaginario colectivo andino— también luego de la caída del Tahuantinsuyu y la destrucción de sus santuarios por obra de los españoles. XVIII); y del padre Cobo sabemos que la más solemne forma de adivinación, a la cual los señores del Cuzco recurrían para importantes asuntos de Estado, era precisamente la que se realizaba a través del fuego de braseros. 20). En efecto —como se ha visto—, los oráculos constituyeron un poderoso e imprescindible instrumento de habilitación al ejercicio del poder, de legitimación de los mandados de las autoridades y de normatividad. En: Pachacamac. Sobre la figura del Inca como rey divino véase Cerulli, 1979: 153-162; Graulich, 1991; Duviols, 1997b; Masuda, 2002; Ramírez, 2005: 59-112. Los Moche Para muchos señores étnicos debía representar un terrible dilema el decidir a quién apoyar entre los contendientes. Es probable que Tupa Amaru fuera inducido a hacer esta singular abjuración por los españoles mediante maltratos físicos, promesas de gracia, chantajes, presiones psicológicas e intimidaciones de toda índole, no última la amenaza de quemar su cuerpo después de muerto, lo que representaba para los andinos el peor y más temido de los destinos (Curatola, 2005; cf. CURATOLA PETROCCHI, Marco, 2001 – Adivinación, oráculos y civilización andina. Ingresa tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas publicaciones. ROSTWOROWSKI, María, 1972 – Breve ensayo sobre el señorío de Ychma o Ychima. Volume III: South America. XXX). MACCORMACK, Sabine, 1991 – Religion in the Andes. Al parecer, gran parte de estas instalaciones fueron construidas al tiempo de los Incas Tupa Yupanqui y Huayna Capac, quienes visitaron personalmente en diferentes oportunidades el santuario (Bauer y Stanish, 2003: 69-71; Cobo, 1964, II: 84, lib. No cabe duda que este frágil e inestable sistema de alianzas debía ser puesto a dura prueba durante las luchas por el poder y la sucesión entre panacas, que se desataban a la muerte de cada Inca (cf. Así, según Ziółkowski, Atahualpa habría arrasado el santuario para amedrentar y desanimar a los Huamachucos y a todos aquellos que, como ellos, tenían el ánimo de dar su apoyo a Huascar, que por lo demás tenía ya bajo control para suma preocupación de su hermano, a los dos más importantes santuarios oraculares de los Incas: el Coricancha y el de Titicaca. Dice que durante el Imperio Antiguo, el Faraón tenía "médicos para sus dos ojos", y recuerda . Washington. Por su parte, en signo de benevolencia, Pachacamac entregó a Tupa Yupanqui una imagen portátil de un cuarto «hijo» suyo, para que la llevara siempre consigo y la pudiera consultar todas las veces que fuera necesario. Los errores y svpersticiones de los indios sacadas del tratado y auergüacion que hizo el Licenciado Polo. Testimonio (1577) de Luis de Olivera, vicario de la provincia de Parinacochas (Millones, 1990: 177). Porras, 1963: 112-115). ROWE, John H., 1978 – La fecha de la muerte de Wayna Qhapaq. Ramos Gavilán (1988: 94, XIII) asevera que los fieles se debían confesar, no una sino tres veces: primero llegando a Pumapuncu, con el sacerdote que custodiaba esa puerta, donde además debían quitarse las sandalias; luego, más adelante, con el sacerdote guardián de Kentipuncu y, finalmente, también con el de Pilcopuncu. Así, en la Historia Indica (1572) de Pedro Sarmiento de Gamboa (2001: 54 y 63, XII y XIV) —basada en los relatos de ancianos quipucamayocs[2] depositarios de las tradiciones «históricas» incas— se narra que Manco Capac habría manado de la cueva de Tambotoco, en el sitio de Pacariqtambo («lugar de origen»), llevando consigo un ave rapaz dotada de grandes poderes, de nombre «Indi», la cual era su huauqui[3] y «le daba oráculo y respuesta». VILLANUEVA URTEAGA, Horacio, 1975 – Cajamarca, apuntes para su historia, 269 p.; Cuzco: Editorial Garcilaso. Además, al parecer ninguno de estos Estados contó con alguna forma de escritura comparable con los sistemas gráfico-fonéticos avanzados —esto es en grado de expresar todo lo que puede ser dicho— de la antigüedad euroasiática, ni llegó a tener alguna mercadería-signo con funciones plenamente monetarias. Este artículo explica con detalle qué son estas tecnologías e incluye un análisis sobre la situación actual del desarrollo de cada una para . Ejemplos. Hi everyone welcome to Sabina Oráculos y Armonía In these videos I want to tell you the story of the Oracles from both a historical and personal perspective of each Oracle. TOPIC, John, 2004 – Catequil. La gran fiesta inca de la Capacocha habría respondido exactamente a este fin. I, cap. Biblioteca de Autores Españoles, LXXIII; Madrid: Atlas. ESTETE, Miguel de, 1985 [1534] – La relación del viaje que hizo el señor capitán Hernando Pizarro por mandado del señor Gobernador, su hermano, desde el pueblo de Caxamalca a Parcama y de allí a Jauja. ), 1990 – El retorno de las huacas. Así mismo, también el resto de la vasta área del santuario que abarcaba la cercana isla de Coatí donde se rendía culto a la Luna, esposa del Sol, expresaba tangiblemente la gloria y la potencia de Inti, con sus monumentales y elegantes edificios en perfecta mampostería, en los cuales vivían y trabajaban una miríada de sacerdotes, acllas (mujeres escogidas) y servidores varios, encargados del cuidado del lugar y de la acogida de los peregrinos. EL BRUJO ), 563. p.; Lima: Asociación Peruana para el Fomento de las Ciencias Sociales. Sin embargo ninguna huaca le contestó, ni profirió palabra. El Pishtaco es otra de las criaturas de la mitología inca, en rigor de verdad, más relacionada con Perú. HARVEY VALENCIA, Armando, 1994 – Coricancha. El oráculo The Sacred Self-Care Oracle es de los mejores oráculos para ti si estás deseando guía para practicar el cuidado y desarrollo personal. Titicaca era uno de los sitios más sagrados y uno de los santuarios dotados de más recursos de todo el Tahuantinsuyu. SANCHO DE LA HOZ, Pedro, 1968 [1534] – Relación para S. M. de lo sucedido en la conquista y pacificación de estas provincias de la Nueva Castilla y de la calidad de la tierra, después que el capitán Hernando Pizarro se partió y llevó a Su Magestad la relación de la victoria de Caxamalca y de la prisión del cacique Atabalipa. Historia y Cultura, 20: 295-317. De este modo, Llocllayhuancupa fue reconocido como numen tutelar de la comunidad, que le erigió un santuario (Taylor, 1987: 292-297, cap. Accounting and Recounting in Andean Khipu, 363 p.; Austin: University of Texas Press. C) Catequil . La relación de dependencia de los sacerdotes de los oráculos bajo el control inca del Huillac Umu y, a través de él, del aparato estatal, es entonces en términos generales evidente. Y desde ese momento Pachacamac fue para los Incas —por lo demás según una concepción dualista típicamente andina— como una especie de alter-ego de Titicaca en las tierras bajas (yungas). TOPIC, John, 1992 – Las Huacas de Huamachuco: precisiones en torno a una imagen indígena de un paisaje andino. Se desconoce el origen de los textos. Años de andanzas y de guerras (1515-1572), 202 p.; Madrid: Espasa-Calpe. Cuando estaban en las tierras bajas, adoraban a Pachacamac diciendo: ‹Es éste quien nos ha animado a nosotros los ingas›. ), 317p. En: Franklin Pease G. Y. et al. Trabajos 100% garantizados. Su vida, su obra (1515-1582). MARZAL, Manuel, (ed.) Ziółkowski, 1997). Finalmente, no satisfecho aún, hizo allanar el santuario y quemar el cerro entero, operación que mantuvo ocupados a sus hombres por diversas semanas (Betanzos, 2004: 287-291, cap. Trabajamos con la Santa muerte y el vudú. 133)— según la cual no apenas, en cualquier parte del Imperio, alguna piedra ú otro objeto mobil empezaba a «hablar», manifestando su naturaleza de huaca, esto era llevado al Cuzco y colocado en el Coricancha, a fin de que fuera examinado y puesto a prueba por el propio Inca. XXX). cultura moche Boletín del Museo de Arqueología y Antropología, año 3, 10: 2-23; Lima. Según el relato, el Inca, luego de varios años de pacífico reinado, tuvo que hacer frente a una peligrosa rebelión de unas etnías sumamente reacias, rebelión que además amenazaba extenderse en cuaquier momento a otras provincias del Imperio. Historia y genealogía de los Reyes Incas del Perú (Juan Ossio, ed. En: La persecución del demonio. ROSTWOROWSKI, María, 1988 – Historia del Tahuantinsuyu, 332 p.; Lima: Instituto de Estudio Peruanos – CONCYTEC. Importancia del fenómeno oracular en el mundo andino antiguo. Los sacerdotes de Zaratrusta. ARRIAGA, Pablo Joseph de, 1999 [1621] – La extirpación de la idolatría en el Perú (Henrique Urbano, ed. Tomo XII: Exortaciones e instrucción acerca las idolatrías de los Indios del Arzobispado de Lima (Horacio H. Urteaga, ed. MATEOS, Francisco, 1964 – Introducción: personalidad y escritos del P. Bernabé Cobo. Semantic Scholar's Logo. Part 1 (Frank Salomon y Stuart B. Schwartz, eds. En las diferentes versiones recogidas por los cronistas del mito de la visión que Pachacuti tuvo antes de la batalla decisiva contra los Chancas, por ejemplo, se dice en unas que se le apareció el Sol (Sarmiento, 2001: 87, cap. Cultura inca. Esta «guaca y adoratorio universal», como la definió el padre Cobo (1964, II: 194: lib. El olfato y la intuición están tan estrechamente ligados, que en los idiomas el afecto o el rechazo se asocian a este sentido. Según su testimonio, el mayor hechicero del pueblo «llegando a consultar al oraculo en cossa graue de repente quedaba sin juizio, y hablaua mucho tiempo sin que los que estaban presentes entendiessen palabra ni aun el mismo supiesse lo que decia, hasta que otro hechizero proximo a el en dignidad declaraba al Pueblo lo que el otro auia dicho, como que la guacha (la qual creian que se le entraba en el alma y se ponia assi) lo dizesse» (Polia, 1999: 387; Curatola, 2002c: 202). En agradecimiento Tupa Yupanqui se habría vuelto devoto del culto a Macahuisa, cuya fiesta en Jauja habría sido desde entonces celebrada solemnemente por los mismos Incas (Taylor, 1987: 337-349, cap. Las manos son un símbolo de la producción, la ciencia y el arte. Por lo demás, el mismo gran centro ceremonial de Pachacamac, el oráculo de los oráculos, mencionado en todas las principales crónicas y el primer sitio en absoluto de todas las Américas al cual se haya dedicado una monografía arqueológica (Uhle, 1903, 2003) —una obra que, en el juicio de Gordon Willey y Jeremy Sabloff (1993: 79), «queda como uno de los monumentos de la arqueología americana»—, no ha sido objeto de investigaciones y análisis de carácter histórico-antropológico hasta hace poco más de veinte años. Y también la gente común recurría regularmente a diferentes prácticas adivinatorias y oraculares antes de iniciar las faenas agrícolas, de emprender viajes, de construir canales de regadío, en caso de enfermedades, en ocasión de catástrofes naturales y en cualquier otro momento importante o crítico de la vida individual y colectiva (Santillán, 1968: 112, n. 27). tajante en denunciar a estos últimos como responsables de la difusión del «Mal del Baile»22 y Molina considera al movimiento como una «invención» de los sacerdotes incas refugiados en Vilcabamba23. LXIV). Posiblemente, para obtener una confesión sincera y completa de parte de los fieles, los sacerdotes del santuario no necesitaban ni siquiera recurrir a las contrapruebas que, por lo común, estilaban hacer en semejantes rituales. Histórica, 5 (2): 209-251; Lima. ; Lima: Juan Mejía Baca. Finalmente, a los cuarenta días, el dios le habló desde una piedra y le reveló que mientras que el Sol, que era su hermano, «daba ser (vida) a lo de arriba», esto es, al mundo de la sierra y del altiplano, él «daba ser a todas las cosas de acá abajo», o sea, al mundo de la costa. Visto que en todas hallaba mala respuesta, dada por los demonios que en ellas hablaban, y que no eran conforme a su intento y propósito, no sabiendo qué hacerse acordó de nuevo hacer Junta General de hechiceros, y envió de nuevo a consultar las demás huacas que hablaban, y a preguntar qué haría en tanta adversidad y miseria como le cercaba, y en ninguna halló remedio ni respuesta que les satisficiese a su deseo. 03-ene-2023 - Explora el tablero "cartas, oráculos y arcanos" de elda alvarado, que 1.983 personas siguen en Pinterest. En: Il sacro e il paesaggio nell’America Indígena (Davide Domenici, Carolina Orsini y Sofia Venturoli, eds. El sacerdote de la puerta de Kentipunku, al momento de confesarlos, les recordaba que estaban acercándose al dios Sol y que si querían ganarse su favor debían mostrar todo su celo religioso, y el de Pilcopuncu insistía en que se hiciesen un ulterior riguroso examen de conciencia, a fin que no arriesgaran traspasar la puerta en estado de impureza. Ritual y peregrinación en el lago Titicaca, 313 p.; Cuzco: Centro de Estudios Regionales «Bartolomé de Las Casas». Heartland of the Inca, 255 p.; Austin: University of Texas Press. En este contexto, los oráculos —sobre todo los grandes oráculos meta de peregrinaciones panandinas— con su inmenso prestigio, su poder y su capacidad de prever el desenlace de los acontecimientos, debían jugar un papel fundamental para los fines de la toma de decisiones. Es precisamente gracias a la relación oracular con esta ave divina (con toda probabilidad una de las diferentes manifestaciones de «Inti», el dios Sol) que Manco habría adquirido el rango de señor poderoso y conseguido «que las gentes le siguiesen». Ph. UN AMOR BEDUINO: ENTRE VIAJES, CURANDERAS Y ORÁCULOS (Spanish Edition) - Kindle edition by GALIMBERTI OLIVEIRA, MARIA CECILIA . XXII). Los dioses del antiguo Perú, II: 223-245; Lima: Banco de Crédito del Perú. Su color es el oro, como el medio de intercambio que se extrae de la tierra. Una cosa es que el jefe diga «Vamos a la guerra» y otra que lo diga el oráculo. Informe de la expedición peruana William Pepper de 1896, 402 p.; Lima: Universidad Nacional de San Marcos – Corporación Financiera de Desarrollo. Y en el mismo relato se cuenta cómo Catequil, cuyo culto había sido introducido entre la etnía de los Checas de la sierra de Huarochirí (Lima) por el Inca, indujo a una huaca de nombre Llocllayhuancupa, que lucía inerte, a «hablar» y a revelarse a los habitantes de un pueblo del área como enviada del dios Pachacamac, su padre, para cuidar de ellos. EVANS-PRITCHARD, Edward Evans, 1937 – Witchcraft, Oracles and Magic among the Azande; Oxford: Oxford University Press. XVII, n. 2; Cambridge (Massachusetts): Harvard University. BERTONIO, Ludovico, 1984 [1612] – Vocabulario de la lengua aymara, 399 p.; Cochabamba: Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social – Instituto Francés de Estudios Andinos – Museo Nacional de Etnografía y Folklore. ; Lima. XII, cap. Es posible que así haya sido. I, cap. "En Perú va a haber una convulsión muy grande para el 2023, que está un poco . En: Actas y Trabajos del II Congreso Nacional de Historia del Perú. En: Enciclopedia Archeologica: Americhe – Oceania (Marco Curatola Petrocchi, ed. Mira ejemplos de oráculos en español. Señor de Sipán Para los incas, esta es una hoja sagrada que solo pueden usar las élites y las ceremonias de recuperación religiosa. Biblioteca de Autores Españoles, CCIX; Madrid: Atlas. Arkinka, 50: 92-103; Lima. SHADY, Ruth, NARVÁEZ, Joaquín y LÓPEZ, Sonia, 2000 – La antigüedad del uso del quipu como escritura. Para Ramos Gavilán, el más opulento en absoluto: «Este templo —escribía en su Historia del Santuario de Nuestra Señora de Copacabana, publicada en 1621 (1988: 164, cap. Curatola, 2002b: 92)—, también se han ido desarrollando, paulatinamente, reflexiones de carácter teórico e interpretativo sobre el papel y la función de los oráculos como institución en la sociedad andina antigua. Corpus de textos khipu incaicos y coloniales, I, 435 p.; Madrid: Instituto Iberoamericano de Finlandia – Universidad Complutense de Madrid. Peabody Museum of Archaeology and Ethnology. POLIA MECONI, Mario, (ed.) Definición. ITIER, César, 2003 – Textos quechuas de los procesos de Cajatambo. ): 159-176; Ithaca: Cornell University. La medicina practicada por los incas mezcló muchas prácticas y creencias; ellos creían que las enfermedades se daban por influencia de fuerzas sobrenaturales; por lo tanto, los enfermos eran curados con plantas medicinales y rituales de . El primer Inca que tuvo una revelación fue Viracocha y por ello fue considerado un gran oráculo entre los oráculos. Gareis, 1987, 1991); ni había más acllas, mamacunas ni yanas dedicados a su servicio. ROSTWOROWSKI, María, (ed.) Brundage, 1974: 204)— bien expresa cuánto el culto al dios Pachacamac hubiese cundido entre los Incas al afirmar que estos lo habían estado adorando «interiormente por sumo dios» todavía mucho antes de conocer el valle donde moraba: «No le hacían templos ni ofrecían sacrificios —escribe el cronista— por no haberle visto ni conocerle ni saber qué cosa fuese, pero que interiormente en su corazón le acataban y tenían en suma veneración, tanto que no osaban tomar su nombre en la boca sino con grandísima adoración y humildad» (Garcilaso, 1991, I: 393, lib. Análogamente, en las actas de las visitas de idolatría del siglo XVII se encuentran numerosos casos de huacas cuyos simulacros, a pesar de haber sido quebrados y quemados por los misioneros, habían vuelto a ser objeto de culto por parte de los nativos. Un kipu pueblerino. Sin embargo, ¿por qué tanto ensañamiento contra los oráculos no Incas que daban respuestas desfavorables? ): 229-280; Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú. Hace unos días, una nena de 5 años murió. También los oráculos, con sus predicciones, revelaciones, indicaciones y descifraciones de signos, hechos y situaciones de difícil inteligencia, tuvieron que desempeñar un importante papel cognitivo y racionalizante de la realidad, pero, de todas maneras, aún más relevante fue su rol sociopolítico, siendo una de las instituciones «eje» de las sociedades complejas andinas, posiblemente desde las últimas fases del Precerámico (segunda mitad del III milenio a. C.) y las primeras del Formativo (II milenio a. C.). En la sociedad inca se veneraban a muchos dioses por lo que se realizaban muchos tipos de ofrendas. Frente a las rémoras de su padre, el pávido Inca Viracocha, que se resistía a abdicar en su favor, Pachacuti, al momento de hacer su ingreso triunfal en la capital, dispuso que se hiciesen grandes sacrificios a la imagen del Sol adorada en el Inticacha (el templo que de allí a poco él mismo volvería a edificar mucho más grande y suntuoso, rebautizándolo con el nombre de Coricancha), y se le preguntase quién debía ser el nuevo Inca. Pero, ¿qué se proponían exactamente los Incas con tan aparatosa y concurrida ceremonia oracular? LXIV-LXV; Molina, 1968: 78; Agustinos, 1992: 20; Sarmiento, 2001: 155-156, cap. O deus criador, com características de deus cultural, é Viracocha, qualificado como velho homem dos céus, senhor e mestre do mundo. En: Krzysztof Makowski Hanula et al. Habiendo consultado sobre ello a los sacerdotes, quiso él mismo hacer el ayuno, y para este efecto salió del Cuzco y se fue a Huana Cauri a ello, y allí estuvo algunos días, entendiendo con sus privados y queridos en aplacar al hacedor, sacrificando mil géneros y diferencias de animales, según sus ritos y ceremonias, a las huacas del Cuzco. Andes. SALAZAR, Antonio Bautista de, 1867 [1596] – Relación sobre el periodo de gobierno de los Virreyes Don Francisco de Toledo y Don García Hurtado de Mendoza. Un curandero es una persona que tiene capacidades para curar y/o aliviar a las personas enfermas con medios empíricos, no reconocidos por la medicina tradicional. La posesión incontrolada y espontánea de los fervorosos seguidores del «Mal del Baile» había sustituido al trance inspirado, al arrebatamiento místico y a las visiones de los experimentados sacerdotes de la Iglesia inca. arqueologia Así, por ejemplo, los profetas del Taki Onqoy («Mal del Baile») —el culto de crisis milenarista que se desarrolló entre las etnias del valle del río Pampas, al sur de Ayacucho, en la década de 1560—, revitalizaron el culto a las antiguas huacas incas destruidas por lo misioneros, recuperando reliquias de las mismas y volviendo a ponerlas en sus antiguos emplazamientos (Molina, 1989: 131; véase también Curatola, 1987: 103). Criou, destruiu os homens e tornou a criá-los a . XIII, Cap. De todas maneras, los oráculos no tuvieron únicamente la función de legitimar el poder del Inca y de volver incuestionables sus mandatos. Y, al igual que los sobadores, de ser necesario, se encarga de corregir la posición del producto utilizando hojas de aguacate y masajes en el temascal. Tampoco existían más los reinos y señoríos étnicos que en los centros oraculares habían tenido importantes puntos de referencia, de orientación y de negociación, ya sea en sus relaciones recíprocas como con el Estado inca. La Libertad En seguida, dispuso que se prendiera fuego a los dos y que sus restos fueran molidos y esparcidos en el aire desde lo alto del cerro. ROWE, John H., 1944 – An Introduction to the Archaeology of Cuzco, 69 p. Papers of the Peabody Museum of American Archaeology and Ethnology, Vol. Search 207,218,078 papers from all fields of science. Momentos antes de ser ajusticiado, el Inca dirigió un sorpresivo discurso a la multitud de indios nobles y comunes reunida alrededor del cadalso, renegando del culto al Sol y denunciando como falsa y engañosa la práctica de las consultas oraculares. El Inca Garcilaso de la Vega (1991, I: 349-351, lib. ), 1972 – The Allocation of Responsibility, 335 p.; Manchester: Manchester University Press. XXX) mencionan que los Incas veneraban en la isla de Titicaca a la, En los documentos de extirpación de idolatrías del siglo XVII se encuentran numerosas descripciones de cómo las. En efecto, en la relación de unos sacerdotes agustinos que visitaron la región de Huamachuco en la década de 1550, se dice que los lugareños lograron recuperar la cabeza y otros pedazos del ídolo del dios, que fueron en un primer momento, colocados en un nuevo adoratorio construido ad hoc y luego trasladados a una cueva ubicada en lo alto de un cerro, a fin que Catequil pudiera seguir recibiendo el debido culto a hurtadillas de los cristianos (Agustinos, 1992: 20). Por su parte, Guaman Poma de Ayala menciona que el Inca Huayna Capac emprendió una campaña de destrucción masiva de los oráculos, cuando estos, contrariamente a lo que hacían comúnmente con su padre Tupa Yupanqui, rehusaron hablarle: «Topa Ynga Yupanqui hablaua con las uacas y piedras y demonios y sauía por suerte de ellos lo pasado y lo uenedero de ellos y de todo el mundo»… «Y ací hablaua con ellos Topa Ynga Yupanqui y quiso hazer otro tanto Guayna Capac Ynga. Ziółkowski, 1991: 61 y 1997: 156-157). Afortunadamente, Ramos Gavilán (1988: 87, cap. ¿Por qué, en un momento tan crítico de la guerra fratricida, Atahualpa invirtió tanto tiempo y tantas energías para que no quedara ni el polvo del oráculo de Catequil? En la antigua cultura griega, estos eran elementos fundamentales y uno de los más famosos estaba ubicado en la ciudad de . MURRA, John V., 2002 – El mundo andino. Dio por libre a los ýdolos mayores Paria Caca y a Caruancho Uallollo; Paucar Colla, Puquina, Quichi Calla, Coro Pona, Saua Ciray, Pito Ciray, Carua Raso, Ayza Bilca y el sol y la luna. ): 779-818; Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú – Instituto Francés de Estudios Andinos. En el relato de Joan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui, Manco Capac, estando en la cima del cerro Huanacauri, justo antes de bajar al valle del Cuzco, vio formarse milagrosamente sobre su cabeza dos grandes arcos iris, que interpretó como un signo claro del favor de los dioses y de la futura grandeza y prosperidad de su pueblo. Esta misma interpretación del fenómeno ha sido desarrollada por Brian Bauer y Charles Stanish (2003) con referencia a Titicaca, cuyo santuario oracular fue un importante centro de peregrinaciones de nivel regional desde la época Tiwanaku (siglos V-XI d. C.). ROSTWOROWSKI, María y MORRIS, Craig, 1999 – The Fourfold Domain: Inka Power and its Social Foundations. En: El hombre y los Andes. "Para entender a sociedade andina antiga, precisamos tirar da nossa mente nossos pré-conceitos e maneiras de pensar atuais" O extirpador de idolatrias Francisco de Ávila (século XVI, Peru) morou com a sociedade incaica viva, e deixou várias histórias fantásticas sobre os feitiços de oráculos e de como os governantes do império Inca negociavam com os deuses. VIII) en forma indistinta. 4 al 9 de agosto de 1958, II: 215-240; Lima: Centro de Estudios Históricos-Militares del Perú. DUVIOLS, Pierre, 1997b – El Inca, rey solar responsable y garante de la fertilidad, de la armonía cósmica, social y política. ); Lima: Imprenta y Librería Sanmarti y ca. En primer lugar, los oráculos tuvieron que desempeñar muchas de las funciones de la escritura, instrumento príncipe para el establecimiento de esas normas fijas y universales tan necesarias para la organización, el funcionamiento, el control y el mantenimiento de cualquier formación sociopolítica compleja de ciertas dimensiones. GARCILASO DE LA VEGA, Inca, 1991 [1609] – Comentarios reales de los Incas (Carlos Araníbar, ed. Nos lo confirma el jesuita anónimo, quien, refiriéndose a los sacerdotes de los óraculos de Mullipampa (Quito), Pacasmayo, Rimac, Pachacamac y, al parecer, en particular de Titicaca, dice que estos, llamados huatuc, al momento de recibir las respuestas de la huacas, eran juguete de un furor místico que los nativos denominaban utirayay («arrobamiento, enajenamiento»): «Al tiempo de oír el oráculo, se tomaba el tal ministro de un furor diabólico que ellos decían utirayay, y después declaraba al pueblo lo que el oráculo había dicho» (Anónimo, 1992: 72). Incas LEHMANN-NITSCHE, Robert, 1928 – Coricancha. El director del Hospital Agromont, Jaime Agramont, (d) y curanderos indígenas realizan un ritual para llamar al "Ajayu" (espíritu) de un paciente, el 5 de diciembre de 2013 en El Alto, Bolivia. C) Advenediza. chan chan Acierta y responde tu pregunta. Dicha práctica fue común y difundida en todos los territorios del Tahuantinsuyu, pero sobre todo en el Collao, donde estuvo estrechamente asociada al culto del gran oráculo de Titicaca. Los Incas cuando emprendían campañas militares, sobre todo si éstas eran guiadas por el Sapa Inca en persona, solían llevar consigo una imagen de esta huaca, a cuyo respaldo atribuían muchas de sus victorias. Libros de Tarot y oraculos Ocultismo / esoterismo / Tarot y oraculos (55) Ocultismo / esoterismo / . Hacia una comprensión multidisciplinaria sobre las secuencias culturales post-tiwanacotas de Pacasa, Bolivia. Pero las funciones de los oráculos, por lo menos en la protohistoria andina (Horizonte Tardío), fueron todavía más amplias. En: El culto estatal del Imperio inca. ), 206 p.; Madrid: Historia 16. Si no queréis ayudarme,¡en este mismo instante os haré quemar a todos! Definitivamente, tanto el famoso estudio de Murra sobre los tejidos (1962, 2002: 153-170; véase también 1978: 107-130) como nuestro ensayo tienen un explícito enfoque funcionalista, relacionado al pensamiento de Durkheim y Mauss y a los planteamientos de la escuela de Antropología Social británica, a la cual por lo demás se debe toda una serie de importantes contribuciones precisamente sobre el tema de la adivinación. Park (1963: 205), además, sobre la base del análisis comparativo de la adivinación en diferentes contextos de África, China y las Grandes Llanuras norteamericanas, llegó acertadamente a vislumbrar —como ya intuído hace dos mil años por el romano Marco Tulio Cicerón (Cicerone, 1994: 75, lib. ): 183-330. Historia, cultura, religión, 142 p.; Madrid: Acento. ): 47-134; Madrid: Historia 16. Y, al respecto, hay que recordar que, con toda probabilidad, para los Incas el ser sobrenatural llamado Viracocha no era más que una de las manifestaciones del dios Sol, siendo justamente su figura estrechamente relacionada con el astro rey al momento de su máximo auge, es decir, al tiempo del solsticio de verano[6]. CURATOLA PETROCCHI, Marco, 1987 – Discurso abierto sobre los cultos de crisis. Así, la profecía de un oráculo no podía dejar de tener un fuerte impacto sobre el proceso de toma de decisiones de los señores étnicos todavía no alineados, y con toda probabilidad también de aquellos que ya habían tomado posición a favor de uno o del otro, pero sin mayor convicción y con el único propósito de no perjudicar sus relaciones con el futuro Inca. XIII, cap. DUVIOLS, Pierre, 1997a – ¿Dónde estaba el santuario de Pariacaca? Histórica, XV (2): 205-236; Lima. Y las «tablas historiadas» eran tablones de madera sobre los cuales estaban pintadas escenas de la historia mítica y dinástica inca. Cieza de León (1985: 93, cap. Durante el Tahuantinsuyo, los nobles recompensados vinieron a representar una nobleza: A) De sangre. Permite una curación completa de cuerpo, mente y espíritu. GUAMAN POMA DE AYALA, Felipe, 1980 [1615] – El primer nueva corónica y buen gobierno (John Murra y Rolena Adorno, eds. 3000 años de historia, I: 394-409; Madrid: Sociedad Estatal Quinto Centenario. El Inca no solo pedía predicciones a sus muy bien informados yacarcas o hablaba con su padre el Sol, directamente o a través del Huillac Umu, sino que con frecuencia iba a consultar también a oráculos que no estaban precisamente bajo su control, pudiendo recibir respuestas desfavorables o simples negativas en contestarle. En: Obras del P. José de Acosta (Francisco Mateos, ed. VALCÁRCEL, Luis E., 1964 – Historia del Perú antiguo. CIEZA DE LEÓN, Pedro de, 1984 [1553] – Crónica del Perú. Todas estas entidades sagradas y cualquier otro objeto, imagen o adoratorio identificado con seres y poderes extrahumanos, eran llamados genéricamente huacas (wak’a) y todos eran, por lo menos en potencia, oráculos (cf. PARK, George K., 1963 – Divination and its Social Context. De hecho, los «pecados» que las personas debían confesar eran, en última instancia, todas faltas, reales o tan solo simbólicas, hacia el Estado: el no haber rendido el debido culto al Inti, el padre celeste del Inca; el no haber celebrado o respetado las fiestas oficiales del calendario litúrgico inca; el no haber observado toda otra obligación ritual y ceremonial impuesta por los señores del Cuzco; el no haber sido leales hacia la persona del soberano o, de todas maneras, no haberlo servido con la eficiencia y el esmero requeridos. El informe de Rodrigo Cantos de Andrade de 1573, 238 p.; Lima: Instituto de Estudios Peruanos – Banco Central de Reserva del Perú. Puno ), 6: 227-237; Varsovia. Journal of the Steward Anthropological Society, 25 (1-2): 312-346; Urbana. ; Madrid: Ediciones Polifemo. Y que llega a través de una persona o grupos de personas que se han preparado para recibirla. Por ser lugares de culto y meta de peregrinaciones, donde se congregaba gente de todas partes, que a través del ritual de la confesión tenía que contar a los sacerdotes lo que había pasado y estaba pasando en su comunidad o en su grupo, los santuarios oraculares representaron formidables centros de acopio y procesamiento de información, hecho que evidentemente debía conllevar un alto grado de acierto en las predicciones, sobre todo en los de índole política, elevando el nivel de confiabilidad en los mismos. Huanchaco En cambio, las huacas que habían dado respuestas resultadas inexactas o, peor, equivocadas eran abiertamente estigmatizadas y sus templos no recibían dádiva o dotación alguna (Cieza, 1985: 89, cap. Diccionario. La huaca era llevada entonces de vuelta a su lugar de origen, donde se establecía un santuario, al cual cada año el Inca, puntualmente, enviaba dones. Sin embargo, la eficacia de la medicina inca para tratar los síntomas de las enfermedades hizo que se iniciará un estudio . Scribd is the world's largest social reading and publishing site. Herodoto de Halicarnaso proclama en Egipto "el triunfo de la medicina". La última vez, posiblemente, fue cuando Huayna Capac, aprestándose a la guerra contra las reacias poblaciones del Ecuador que se habían rebelado, fue a consultar al oráculo, al cual hizo «infinitos» sacrificios, para asegurarse el éxito de la empresa (Sarmiento, 2001: 142-143, cap. ), 276 p.; Madrid: Testimonio Compañía Editorial. 11 Haucaypata («La explanada del júbilo»), como era llamada la gran plaza central del Cuzco, era el lugar donde se celebraban las solemnes y masivas ceremonias político-religiosas incas. Aprender inglés. XXVI; Cobo, 1964, II: 168, lib. GUTIÉRREZ DE SANTA CLARA, Pedro, 1963 [inicios del siglo XVII] – Quinquenarios o Historia de las guerras civiles del Perú (1544-1548) y de otros sucesos de las Indias. MASON, J. Alden, 1978 – The Ancient Civilization of Peru, 355 p.; New York: Penguin Books (I ed. En: Religiones andinas (Manuel Marzal, ed. Al mismo tiempo, se han ido multiplicando las investigaciones arqueológicas y etnohistóricas sobre otros grandes oráculos, como Catequil (Topic, 1992, 1998, 2004; Topic, Lange Topic y Melly, 2002; véase también Gareis, 1992: 120-127), Titicaca (Deaborn, Seddon y Bauer, 1998; Seddon, 1998 y 2005; Bauer y Stanish, 2003; Stanish, 2003; véase también Ponce Sanginés et al., 1992) y Coropuna (Reinhard, 1999; Ziółkowski, 2004 y 2005; Ziółkowski y Sobczyk, 2005). PETTAZZONI, Raffaele, 1937 – La confessione dei peccati: metodo e risultati. Idem, 1989: 243-246). XXXVI; cf. Mientras que en una declaración rendida en 1570 por el notario apostólico Bartolomé Berrocal para certificar la actividad de Albornoz como visitador eclesiástico y extirpador de idolatrías en Huamanga, se encuentran nombradas —junto a, Titicaca, Pachacamac y unas cuantas montañas sagradas— Tiwanaku (Tiahuanaco) y Tambotoco18. 176-180; Anónimo, 1992: 72-77; Acosta, 1954: 168-170, lib. Como se ve, todas las principales huacas, cuyo regreso era anunciado por los profetas del Taki Onqoy —Pachacamac incluida—, resultan haber estado de un modo u otro directamente relacionadas al culto estatal inca del dios Sol y a la dinastía de los Incas21. John Topic, Theresa Lange Topic y Alfredo Melly (2002), en un penetrante estudio sobre Catequil, han planteado que el culto a esta divinidad de los Huamachuco tuvo que ser adoptado y asociado a la religión estatal por el Inca Huayna Capac. En efecto, con el término genérico de huaca, los andinos indicaban la fuerza que «animaba» lo que comúnmente está inanimado; y esta «animación» se manifestaba, en primer lugar, a través de la facultad de «hablar», de comunicarse con los hombres[1]. Ph. 2005 – Religiones andinas, 381 p.; Madrid: Editorial Trotta. V; Villagómez, 1919: 158-159, cap. Los incas practicaron una medicina tradicional basada en plantas medicinales y rituales relacionados con la espiritualidad y la energía. Y, ¿entonces? Assadourian, 1994: 35-60), requirió la continua movilización de grandes contingentes de soldados, operación no tan sencilla ni automática en un sistema sociopolítico en el cual no existían ejércitos permanentes. Como ha bien señalado Jean Pierre Vernant (1974: 6 y 7), fueron antropólogos ingleses como Edward Evans-Pritchard (1937), George Park (1963), Victor Turner (1968) y Max Gluckman (1972) quienes mostraron como en determinadas sociedades tradicionales la adivinación represente «un órgano oficial de legitimación», en grado de proponer, en el caso de elecciones cargadas de consecuencias para el equilibrio de los grupos, decisiones socialmente «objetivas», es decir, independientes de los deseos de las partes en causa y sostenidas por un consenso general del cuerpo social, que coloca este género de respuestas encima de las contestaciones. XVIII). BAUER, Brian S., 1996 – El desarrollo del Estado inca, 216 p.; Cuzco: Centro de Estudios Regionales Andinos «Bartolomé de Las Casas». La presión sobre los visitantes para que confesaran sus pecados era muy fuerte. Las evidencias de la Huaca San Marcos. Oráculos - Diccionario de Jerusalen. Qué son los oráculos y cómo se leen. Los objetivos y los mecanismos de la rivalidad dentro de la elite inka, siglos XV-XVI, 424 p.; Quito: Ediciones Abya-Yala (2da. Los Incas, por su parte, registraban cuidadosamente cada respuesta y al año siguiente, en la misma ceremonia, rendían públicamente homenaje a aquellas huacas cuyos oráculos se habían revelado acertados, asignando a sus respectivos templos notables cantidades de vasijas de oro y plata, de tejidos finos y de ganado. Esto explica el ensañamiento de Atahualpa para borrar el santuario de la faz de la tierra y la tremenda inversión de tiempo y energías consagradas a esta tarea, en apariencia marginal respecto a las grandes operaciones militares de esos turbulentos días. Añadir a lista. Y para hablar con las deidades, la gente ya no debía —ni estaba en condiciones— de realizar largas romerías a lejanos y esplendorosos adoratorios, lugares de encuentro y centros de comunicación de nivel interregional, sino más bien ahora eran las huacas las que alcanzaban a los individuos en sus rústicas viviendas. XXVII; Garcilaso, 1991, I: 193, lib. ), 238p. Así automáticamente, para salvarse, se habían aliado con los españoles, hecho que —como es consabido— representó uno los factores de la abrupta caída del Tahuantinsuyu (cf. WILLEY, Gordon R. y SABLOFF, Jeremy A., 1993 – A History of American Archaeology (Third Edition); New York: W. H. Freeman and Company. CURATOLA PETROCCHI, Marco, 2002c – Materiales para el estudio del mundo andino antiguo. Acceder. Latin American Antiquity, 6 (4): 340-349; Washington, D. C. REINHARD, Johan, 1998 – The temple of Blindness. En: Biblioteca Peruana, I: 119-130; Lima: Editores Técnicos Asociados. MACKEY, Carol et al., 1990 – Quipu y yupana. SZEMIÑSKI, Jan, 1987 – Un kuraca, un dios y una historia («Relación de antigüedades de este reyno del Pirú» por don Joan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salca Maygua), 160 p.; San Salvador de Jujuy: Proyecto ECIRA. A pesar de lo dicho por Guaman Poma, al parecer también Tupa Yupanqui tuvo sus momentos dificiles en su relación con las huacas, por lo menos estando a uno de las narraciones míticas del así llamado Manuscrito Quechua de Huarochirí, redactado a inicios del siglo XVII por algún informante andino del padre Francisco de Ávila. Aparte unos cuantos señores que pudieran tener fuertes lazos preestablecidos de alianza con determinados individuos o parcialidades de la elite inca o que, de todas maneras, tuvieran algún interés directo en el triunfo de una facción o la otra14, la mayoría de los curacas y mallkus (jefes étnicos) debía estar observando con mucha atención y ansiedad el desarrollo de los eventos, a la espera de signos y noticias que les permitieran ponerse de la parte del vencedor. Ancash En: El mundo ceremonial andino (Luis Millones y Yoshio Onuki, eds. En la misma probanza de servicios el propio Albornoz, así como varios de los testigos por él llamados a declarar, citan explícitamente por nombre solo a las huacas de Titicaca y Tiahuanaco (Millones, 1990: 64, 130, 135, 140, 143). SANTILLÁN, Hernando de, 1968 [c. 1563] – Relación del origen, descendencia, política y gobierno de los Incas. De hecho, los poderes curativos de los cristales han perdurado en numerosas leyendas de diferentes continentes y . V). Lexis, XXIX (2): 285-303; Lima. Para invocar la benevolencia y la presencia de los dioses, los yacarcas encendían unos grandes braseros y procedían a hacer consistentes ofrendas de alimentos y objetos preciosos, y sacrificios de niños y camélidos. ): 35-53; Varsovia: CESLA, Universidad de Varsovia. XII; cf. Paracas 1967). Revista Española de Antropología Americana, 23: 135-152; Madrid. Actualmente, los Oráculos se ven como una herramienta para el autodescubrimiento y el conocimiento personal. ; Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú – Academia Nacional de Historia. arqueologia del peru De las fuentes documentales se desprende que no había actividad pública o privada de cierta relevancia que fuera emprendida sin previa consulta de las divinidades. El muy bien informado cronista Pedro Sarmiento de Gamboa relata que estando Huayna Capac en Quito, al llegarle noticia de la penetración de grupos de «bárbaros» guaraníes en las provincias sudorientales (Bolivia) del Imperio, de inmediato despachó a uno de sus jefes militares al Cuzco para que reuniera un ejército y marchara contra los invasores. El oráculo del Inticancha lo había legitimado como Sapa Inca. No existía más el viejo cuerpo sacerdotal, altamente organizado, jerárquico y especializado, que los cuidara y los mantuviera activos (cf. E) Periférica. De todas maneras, sean cuales fueran exactamente las interacciones entre los señores del Cuzco y las elites locales, así como entre los mismos sacerdotes que unos tras otros iban formulando las predicciones, éstas últimas, al desencadenar un proceso de realización y cumplimiento de sí mismas, terminaban ejerciendo una poderosa acción coercitiva sobre la realidad. A reprint of the 1903 edition by Max Uhle, XV-LXVI. potencialmente, todos podían ser o volverse «oráculos». Y el padre Cristóbal de Molina, gran conocedor de la religión inca, en su Relación escrita alrededor de 1573 es todavía más preciso: «Los yncas y jente del Cuzco siempre hacían sus conficiones secretas y por la mayor parte se confesavan con los yndios de Huaro, hechiceros, que para ello dedicado tenían. Con respecto a Tamputoco, esta era la pacarina misma de los Incas, la gruta, el lugar sagrado de donde estos creían que in illo tempore habían emergido sus ancestros y en cuya proximidad erigieron «un grandioso y real palacio con un templo suntuosísimo» (Cobo, 1964, II: 64, lib.
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